Valla fronteriza, con mano de obra mexicana
CIUDAD DE MÉXICO., 20 de febrero de 2017.- “Jale es jale y hay que ponerle, aquí y en China; yo no me agüito ¿por qué iba a agüitarme?”. Nacido en ciudad Juárez, Ramón es uno de tantos obreros que construyen un nuevo muro entre México y Estados Unidos, sin remordimiento o preocupación. “Si no lo hacemos nosotros, alguien más lo va a hacer. Ni Trump ni el patrón pagan bien, pero hay que seguir dándole”, añade el joven albañil.
De acuerdo con una nota de El Universal, la obra se lleva a cabo en el lado estadounidense. Es la zona limítrofe entre Anapra, una de las colonias más pobres de Juárez, Chihuahua, y Sunland, Nuevo México, que en contraste es un suburbio residencial de lujo de la zona metropolitana de El Paso, aunque esta ciudad se ubica en el estado de Texas.
Este nuevo muro no es el que tanto ha promovido el presidente de la vecina nación, Donald Trump. Su construcción comenzó en mayo de 2016 y en realidad se trata de una renovación, pues en esta parte de la frontera había una malla de unos tres metros de altura, fácil de penetrar para ingresar a territorio estadounidense.
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