Urge innovación rural ante pobreza e inseguridad: científicos de UNAM
MORELIA, Mich., 07 de junio de 2019.- Al señalar que al menos dos terceras partes de Michoacán se encuentran en condición de pobreza, violencia, inseguridad, rezago social y alta marginación, consecuencia del abandono de políticas públicas, científicos señalaron que la innovación rural, sin trasgredir la identidad, tradiciones y cultura, es la principal puerta de acceso a un desarrollo endógeno y sustentable.
En rueda de prensa Investigadores del Centro de Investigaciones en Geografía Ambiental de la UNAM, la Universidad de Chapingo, Universidad de Guerrero, Universidad de Guadalajara, Universidad de Guanajuato, discurrieron acerca de los procesos de innovación económica y social necesarios para los territorios rurales más excluidos y pobres del país.
Ana Laura Burgos Tornadú, científica del Centro de Investigaciones de Geografía Ambiental (CIGA), recordó que en México hay alrededor de 200 mil localidades rurales en condición de pobreza y marginación, condición que en suma considera a unos 24 millones y medio de mexicanos, principalmente en Michoacán, Guerrero, Veracruz, Oaxaca, Chiapas y Puebla.
Advirtió que como consecuencia de las condiciones de pobreza y marginación en que se encuentran estos territorios, se agudizan flujos migratorios, generación de pueblos fantasmas, endeudamientos forzosos a pequeños productores y cooptación de jóvenes por el crimen organizado, por lo que subrayó la urgencia de generar redes comunitarias de producción.
Víctor Hugo Guadarrama, de Consolidando Redes de Innovación Social, urgió a desarrollar proyectos de vida con arraigo local que puedan insertarse a través de redes, ejes sustantivos para las interacciones con otros actores dentro del territorio y fuera de él, con actores académicos, gubernamentales, pequeñas, medianas y grandes empresas.
Jorge Aguilar de la Universidad Autónoma de Chapingo, recordó que los grandes problemas son la desigualdad y el cambio climático global, por lo que advirtió que las estrategias de innovación que se puedan tomarse deben de considerar estos dos factores, ya que advirtió que no se puede seguir produciendo si no se hace desde una perspectiva sustentable.
“Creemos que la solución, si hay que pensar en una, es la construcción de redes que conectan estos territorios con otras áreas que tienen otras poleas de desarrollo; hay información, analizamos el papel de la información y el conocimiento en el diseño de soluciones. Tenemos una responsabilidad como sociedad y como académicos para construir estas redes de información e innovación”, agregó Ana Burgos.
Señaló que el gobierno federal anterior ponderó el discurso de la innovación, pero dejó de lado a las comunidades rurales en un marcado menosprecio hacia su capacidad de producir y generar empresas sociales para dar valor agregado, por lo que subrayó que la innovación es un bien común que no debe excluir ni sectorizar en detrimento de los grupos que requieren más impulso.
Otros científicos presentes, como Jeiry Toribio-Jiménez, de la Universidad Autónoma de Guerrero y Juan Manuel Vargas Canales, de la Universidad de Guanajuato, coincidieron en que el asistencialismo del gobierno de la Cuarta Transformación no resolverá los problemas, por lo que conminaron al gobierno federal en turno a apresurar una línea que defina los cómo, y aseguraron que la innovación rural debe de ser un punto de partida, o uno de esos “cómo”.