Suscribe Iglesia Católica Plan Nacional de Construcción de paz
MORELIA, Mich., 23 de abril de 2019.- Para dar respuesta y acompañamiento a la situación de violencia que se vive en México e intervenir en la reconstrucción del tejido social y la convivencia pacífica la Iglesia Católica decidió sumarse al Plan Nacional de construcción de Paz presentado por el presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó el arzobispo Carlos Garfias,
Al presentar en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión el proyecto de Prevención y atención de personas víctimas de la violencia, como parte del Proyecto integral para la construcción de paz explicó las tres líneas de acción en que se basa la propuesta de la Dimensión de Paz, Justicia, Reconciliación, Fe y Política de la Conferencia Episcopal Mexicano.
La primera de ellas es la atención y acompañamiento a víctimas de la violencia, considerando las diferentes dimensiones y esferas de la persona, para lo cual se formarán equipos “levadura” que darán el acompañamiento directo a las víctimas de la violencia, y fortalecerán el área psicosocial, jurídica y espiritual.
Su intervención será a través de un protocolo de primeros auxilios psicológicos en los centros de escucha que son espacios seguros donde las víctimas pueden ser asesoradas, consoladas y acompañadas, además de fortalecer la prevención en el tema de violencia sobre la mujer.
La segunda línea de acción es la capacitación, prevención y dignificación de la persona brindando capacitación para la sanación apoyando a las personas a reconocer su nueva vida a partir del momento presente; ayudándolas a reconocer las fortalezas con las que cuentan para sobreponerse a la adversidad.
El manejo adecuado de las emociones, pues así es como se ha construido la civilización; el acompañamiento espiritual: facilitando la conexión y creación de un espíritu nuevo con el que se puede construir la paz; consolando y consolidando la esperanza y se fortalecerá de manera paulatina el carácter en niños y jóvenes para lograr una mayor resiliencia y disminuir así, el impacto del abuso y la violencia.
Se contemplan también comunidades sembradoras de paz; niñez y juventud colaborando, no solo en actos aislados, sino en la creación de una cultura de paz; que sea incluyente y que fortalezca el núcleo de la sociedad, la familia.
La tercera línea de acción es la vinculación e impacto social a través de diferentes sectores como el educativo y a través de una participación en foros; esto con el objetivo de promover la sensibilidad y la responsabilidad; porque es necesario comprender que se debe convivir en armonía, impulsando acciones que sean favorables para cuidarnos a nosotros mismos, a los demás, y la casa en la que todos vivimos.
“Comprometernos para ser constructores de paz y para que esto sea posible, no será únicamente por decretos gubernamentales, es fundamental comenzar por nosotros mismos: Ser humildes, trabajar en equipo, defender los valores... La paz interior se encuentra en el perdón”.