Semillas de calabaza, una deliciosa botana
MORELIA, Mich., 4 de junio de 2021.- En un puesto en el mercado del Pedregal, la señora Consuelo ofrece, a quien pasa frente a ella, llevar semillas de calabaza tostadas y listas para consumir. Mientras, en un comal colocado sobre un anafre, sigue tostando semillas, y tiene otro tanto secando.
Primero dice, ante la presencia de la grabadora reportera, que no sabe mucho sobre el tema de las semillas; "el que sabe es mi marido, yo nomás la tuesto y la vendo, la dejo bien tostadita", dice mientras remueve con una pequeña pala metálica, cientos de semillas de calabaza en el comal.
Consuelo señala que en México, la costumbre de consumir este tipo de semillas es mucha. Cuenta que hay ocasiones que se le vende bien ("para qué voy a decir que no") pero también hay días que no logra nada. Dice que cuando es quincena le va mejor, y no tiene clientes regulares; "me puede llegar uno ahorita y otro mañana, así, diferente".
Una mujer se acerca para llevarse dos vasos de semillas, no da su nombre. Dice que le gustan mucho pero además que en México hay una costumbre muy arraigada de comer las semillas de la calabaza; "desde niña las consumo", dice, y además explica que a partir de las semillas se elaboran algunos platillos, uno de ellos es el mole verde o el pipián, y algunas salsas.
Consuelo también vende semillas de chilacayote, que son más caras. También se consumen con frecuencia, pero es mucho menos popular que la de calabaza, reconoce la comerciante, porque además es más cara, porque no hay tanta disponible como puede suceder con la calabaza.
Una calabaza no tiene muchas semillas, por lo que deben de abrir muchas. Las parten y sacan todas las semillas, las lavan y después la ponen a secar. Una calabaza de tamaño regular tiene alrededor de 20 gramos, explica Consuelo, por eso tienen que partir muchas calabazas.
Todas las que parten, las utilizan para hacer conserva o dulces que después venden. Un vaso de semillas de calabaza cuesta 10 pesos, y el de chilacayote 12. Cuando es tiempo de lluvias hay mucha calabaza, y eso hace que sea un poco más barato; el vaso puede costar unos 5 pesos. Cosa contraria cuando el tiempo es seco.
Son aproximadamente unos dos días los que se lleva Consuelo desde que parte las calabazas, separa las semillas, las pone a secar y después empieza el proceso de tostado, todo esto lo relata mientras va reuniendo en una charola todas sus semillas ya listas para la venta.