Seis recomendaciones para evitar las compras compulsivas
CIUDAD DE MÉXICO, 26 de mayo de 2024.- Ahora que recibiste el reparto de utilidades, seguramente querrás utilizarlos para comprar algo que te emocione mucho y no quieras dejarlo pasar. Ya sea tener una colección, viajar, renovar constantemente el guardarropa o comer en los restaurantes más exclusivos, es importante realizar los gastos con cautela, pues de hacerlo de manera compulsiva se puede convertir fácilmente en un disgusto que se verá reflejado en tus deudas.
Señala un comunicado que de acuerdo con datos aportados por la Asociación Mexicana Sobre la Adicción, en materia de compras compulsivas, este trastorno se manifiesta incluso físicamente cuando las personas al entrar a una tienda o centro comercial sienten la necesidad de comprar un artículo, aun cuando no lo necesiten y, en caso de no poder hacerlo, sufren episodios de ansiedad.
Que te des tus lujos no quiere decir que tengas este padecimiento. Sin embargo, si comienzas a notar que tus deudas son mayores a la cantidad de dinero que puedes pagar, es hora de bajarle considerablemente al gasto. Si algo es cierto es que el estrés que genera el deber dinero puede traerte problemas de salud. Más allá del trastorno ya mencionado, si dejas que tus deudas sigan creciendo, esa presión se puede convertir en varias enfermedades más.
Comprar y adquirir deudas responsablemente no sólo puede ayudarte a mejorar tus finanzas, sino también a procurarte una buena salud tanto mental como física. Aquí te damos algunas recomendaciones que te ayudarán a controlar tus niveles de gasto:
- Aprende a separar tus necesidades de tus deseos. Hay cosas que no debes comprar forzosamente, incluso pasada la emoción inicial puede ser que algo termine por estorbarte. Hacer esto te ayudará a mantener tu casa ordenada y con mucho más espacio para ti.
- Presupuesta. Llevar un registro de tus gastos del mes te dará un panorama certero de cuánto dinero te puedes gastar sin remordimientos. La clave es primero contemplar absolutamente todos tus gastos fijos, desde servicios como luz, agua, gas, internet, despensa y, lo más importante, tus ahorros. Después de eso, debes apartar ese dinero que NO te puedes gastar por ningún motivo y, de lo que sobra, definir cuánto vas a usar para esas compritas que amas.
- Piensa el trabajo que te costó ganar tu dinero. Hay quienes dicen que el dinero se inventó para gastarse, pero también es un hecho que cuando nos endeudamos y/o compramos demasiado no sólo se va nuestro capital, sino también trabajo, horas de esfuerzo e incluso de sueño que quizá merecen que reflexiones mejor sobre cómo utilizas tus ingresos.
- Ahorra. Hay muchas cosas que pueden esperar un poco. Puedes ahorrar unos meses antes para comprar eso que siempre has querido. Después de todo, sin importar cuándo las adquieras, esas cosas seguirán siendo las mismas. También es necesario que pienses ¿de verdad lo necesito tanto como para endeudarme por ello?
- Recuerda que el saldo de tu tarjeta de crédito no es dinero extra sino un monto que tendrás que pagar tarde o temprano. Es necesario que aprendas a gestionarlo tal y como lo harías con tu quincena, así se convertirá en una herramienta perfecta para cumplir tus metas.
- Hazlo por el planeta. De acuerdo con datos de Greenpeace, el consumo desmedido es el origen del 60% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Materiales como el plástico, por ejemplo, comienzan a contaminar desde el momento en que son creados, ya que sus componentes son tóxicos por sí mismos. Quizá pienses que no comprar unos pantalones o una nueva funda para tu celular no va a ayudar en nada; sin embargo, toda ayuda cuenta y reducir la demanda de estos productos contribuye para lograr un progreso significativo.
Recuerda, no se trata de privarte de lo que más te gusta o vivir en completa austeridad, sino de reflexionar y tomarte un respiro antes de hacer una compra que quizá no necesitas. Por supuesto que se vale darte unos lujitos y cumplir ciertos caprichos, pero lo más importante es que el tema del dinero sea algo que no te cause más ansiedad que el hecho de gastártelo. Con medida, todo es posible.