Llama Profepa a no tener animales silvestres como mascotas; el 70% muere
CIUDAD DE MÉXICO, 10 de diciembre de 2024.- Extraer fauna y flora silvestre tiene muchísimas implicaciones para el individuo, para su grupo y para su ecosistema. De hecho, el tráfico ilegal es una de las principales causas de la extinción acelerada que estamos enfrentando.
En comunicado de prensa, tener un animal o una planta extraído del medio silvestre en casa implica someter a más presión a los ecosistemas. Los ejemplares de vida silvestre enfrentan malas condiciones durante su captura, acopio, traslado y comercialización: este proceso les causa estrés y sufrimiento. De hecho, aproximadamente el 70 por ciento de los ejemplares muere durante estas etapas. Otros se deprimen, especialmente aquellos que viven en grupos. Pero además del daño que se hace a los individuos, la captura afecta irremediablemente a las poblaciones de flora y fauna silvestre debido a que predomina la extracción de ejemplares jóvenes, lo que disminuye la tasa de reproducción de toda la especie.
A eso se agrega el hecho de que las nuevas condiciones en las que llega a vivir un ejemplar, no son la adecuadas, ya que son hacinados, no cuentan con las condiciones de higiene adecuadas y la alimentación es deficiente, afectando la calidad de vida de los individuos capturados y aumentando su nivel de mortalidad
El tráfico de especies silvestres existe porque hay una creciente demanda para el mismo. De hecho, durante la temporada de fin de año, se estima que las especies más traficadas son mono aullador, mono araña, tarántulas, reptiles y aves de presa, loros, pericos y guacamayas mexicanos.
Por eso, la Profepa lanza la campaña “Tu casa no es su casa”, en la que llama a evitar la captura, compra, obsequio de ejemplares de vida silvestres y evitar tenerlos como ornato o mascotas.
La tenencia de fauna silvestre sin conocer sus características biológicas conlleva un riesgo para los animales y personas, además de que pueden ser transmisoras de enfermedades zoonóticas.
Cada gráfico ilustra qué sucede cuando se extrae una planta silvestre o se adquiere un animal en riesgo de extinción.
Este fin de año la Profepa les invita a decir no al tráfico ilegal de especies: no son mascotas, son animales silvestres. Necesitan espacio, necesitan a sus congéneres, necesitan vivir en comunidad, alimentarse a partir de sus propios procesos sistémicos. Cuidémoslos y cuidémonos.