Insectos, un menú antidiabetes
CIUDAD DE MÉXICO, 11 de junio de 2016.- Fritos con sal, en tacos con guacamole, cocinados en mixiotes o cubiertos de chocolate los insectos son una fuente de nutrientes no sólo para llevar una dieta más balanceada, sino que representan una medida para combatir los efectos del cambio climático.
En entrevista con El Universal, Gabriela Jiménez Casas, investigadora del Instituto de Ecología de la UNAM, explicó que insectos como los gusanos de maguey, chapulines, escamoles, hormigas rojas, grillos, e incluso las larvas de las moscas tienen un alto contenido de proteínas y aminoácidos, por lo que su ingesta podría sustituir una porción de carne, la cual proporciona a los seres humanos 45% de proteína, mientras que los insectos aportan entre 50% y 80% de este nutriente.
Los escamoles tienen 38% de proteínas, 9.6% de fibra y 3% de sales.
Señaló que la ingesta de estos organismos no sólo es benéfica para la salud, porque no contienen grasas trans, ni engordan, sino que favorecen al medio ambiente, puesto que mientras que para procesar un kilo de carne se utilizan 20 litros de agua y los gases que emiten las reses contribuyen al efecto invernadero, los insectos no requieren de agua y muchos de ellos son plagas, por lo que al consumirlos se combaten esas plagas sin necesidad de utilizar insecticidas.