Fervor en Sábado de Gloria: luto y renacimiento en fe en Semana Santa
MORELIA, Mich., 15 de abril de 2017.- De acuerdo la Iglesia Católica, el Sábado Santo es un día de luto después de llevar al sepulcro a Cristo, que, de acuerdo al relato histórico fue crucificado como parte de una de las formas de sacrificio más crueles que practicaba el ejército romano, pero que, según la Biblia, representó un acto de redención por medio de la cual Dios lavó los pecados del mundo.
De acuerdo con el sacerdote Mateo Calvillo, la crucifixión de Cristo es el acto central de la Semana Santa; a ello sigue el luto, el sentimiento de derrota y pérdida que acontece con el sacrificio de Cristo prosigue la resurrección de Jesús, lo que representa un sentimiento de liberación y redención, en un acto consumado de fe con lo que se consolida el triunfo del reino de Jesucristo.
“Necesitamos morir al viejo yo, eso significa nacer en Cristo; dejar vivir a nuestro capricho y autosuficiencia, creyéndonos super hombres haciendo maldad y lo que nos da la gana; el creyente se transforma y vive una vida nueva; es una probadita de paraíso de la vida inmortal”, afirma el prelado.
De acuerdo con el sacerdote Carlos Aguiar, en su Homilía Vigilia Pascual, en la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) el Sábado de Gloria consiste en una noche de velatorio tras el sacrificio de Jesús, lo que, en términos de fe significa la muerte del “viejo hombre” para dar nacimiento al “nuevo hombre” a partir de la aceptación de la redención de Cristo.
“No solamente la muerte física con la que termina esta vida terrestre, este día se replantea el sinsentido de vivir para renacer en la fe; la vida nueva consiste, por la comunión con Dios, en comenzar a ver con los ojos de Dios, mirar como mira el padre a toda la creación y a todas las actividades y acciones”, comentó.
A decir del sacerdote, el sacrificio de Jesús vino para conducir a los creyentes a la sabiduría del corazón escuchando el Antiguo testamento y el Evangelio de Cristo, donde, sin embargo, recuerda que ante la fragilidad del hombre los sacramentos le manifiestan como un medio de comunicación para la configuración de una “vida nueva”.