Enfrenta comunidad LGBTQI nuevos discursos de discriminación y exclusión
MORELIA, Mich., 14 de junio de 2024.- En el marco del Mes del Orgullo, a través de la conferencia El transfeminismo ante los movimientos antigenero, Siobhan Fenella Guerrero, activista y académica, externó que actualmente los discursos de discriminación ya no solo vienen de un discurso religioso, conservador e integrista, ahora hay una derecha anti derechos y un discurso trans excluyente que no son fáciles de identificar.
"Quisiera enfatizar que estamos en un momento donde los discursos de odio que aprendimos a reconocer, y los discursos discriminatorios que aprendimos a reconocer hace 20 o 30 años, ya no son los únicos que hay", aseveró ante el público presente en el auditorio de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos.
La activista aseveró que hoy en día el clásico y tradicional discurso religioso conservador integrista convive por lo menos otros con otros dos discursos que como sociedad todavía no hemos aprendido a identificar. Uno es el discurso de lo que se llama la nueva derecha anti derechos.
"A veces es un discurso que parece apelar a los derechos humanos, que parece apelar a la ciencia, que parece estar protegiendo a las familias, que parece estar protegiendo a las infancias, y sin embargo en el corazón de ese discurso lo que hay es un intento de vulnerar los derechos de las personas LGBT y de vulnerar los derechos de las personas trans", detalló la académica.
El otro discurso, indicó, lo vemos por ejemplo con el discurso trans excluyente que hoy está en algunas corrientes que antes eran de izquierda, como el feminismo, el marxismo, el anarquismo. Se ve en mujeres dedicadas a la política, que por un lado se oponen al aborto y por el otro lado se reivindican feministas.
"Por un lado te dicen 'sí a la vida, y por el otro 'no al borrado', y esto es algo muy curioso porque cuando se reivindican como feministas pero de todas maneras se oponen al aborto, una de las cosas que están diciendo es: 'a mí no me importa que se mueran cientos o miles de mujeres en abortos clandestinos, no me importa pero lo que hay que hacer es detener a las personas trans porque nos borran y representan un peligro", expresó la activista.
Hay quienes se dicen feministas a secas, y de hecho mucha gente decía: soy feminista decolonial, yo soy feminista antiracista, yo soy x, y una de las cosas que ha pasado en la cuarta ola del feminismo, externó, es que se ha hecho necesario nombrarse transfeminista, porque el nivel de ataque a las personas trans hizo que en muchos espacios feministas ya no se pudiera militar.
Esto, señaló, porque estos espacios feministas "se nos fueron cerrando, y tuvimos que retomar para decir: 'espérense, nosotros, nosotras, nosotres no representamos una amenaza', y lo que hemos hecho con la etiqueta de transfeminismo es tratar de, justamente, proporcionar nuevas herramientas críticas", aseveró.
Dicen que es un error suponer que las alianzas políticas tienen qué construirse entre sujetos heterogéneos, "este es el discurso por ejemplo que tienen muchas personas para decir 'las personas trans no tienen que ir con las personas LGB, las personas trans no tienen que ir con las mujeres cisgénero, y cada quien por separado".
En ese sentido, el transfeminismo por ejemplo, ha articulado la idea de que podemos formar multitudes heterogéneas y diversas, donde si bien no se comparten las mismas luchas, sí se puede hacer alianzas.
Un ejemplo muy claro de eso, expresó, se ve en el tema de la autonomía corporal, "no todos los cuerpos son cuerpos gestantes y no todos los cuerpos de alguna manera tienen como una de sus reivindicaciones tener acceso o derecho a, por ejemplo, una interrupción legal del embarazo, pero todos los cuerpos entienden la importancia de la autonomía corporal porque la autonomía corporal va, por ejemplo, mucho más allá del aborto, y tiene qué ver con el derecho a habitar tu cuerpo justamente de una manera autónoma".
Hay que reconocer que los discursos cambian, aseveró, "tenemos qué empezar a reconocer como un discurso discriminatorio a aquel que se viste hoy de derechos humanos, que se viste de ciencia, que se presenta como una víctima amenazada pero que no es nada de eso", expresó.
Toda esta retórica que parece derechos humanos, un discurso biologizante, o de que son un grupo amenazado, esconde el hecho de que las violencias estocásticas y las no estocásticas no están dirigidas hacia esos sectores; siguen estando dirigidas a las mismas poblaciones de siempre, a las poblaciones LGBT, a las poblaciones trans, a las poblaciones racializadas, en ese sentido lo que hemos hecho es tratar de desmontar la idea de que esos discursos no son discursos discriminatorios, indicó Siobhan Fenella Guerrero.