El lugar donde no parece que es Navidad...
MORELIA, Mich., 25 de diciembre de 2018.- Parece otoño, pero no, ya es invierno. Los árboles del bosque Cuauhtémoc sueltan sus hojas secas de vez en vez y por inesperadas ráfagas de viento; el suelo está tapizado de hojas amarillas, parece una escena triste, pero el drama está más allá.
Es 25 de diciembre. Por fuera del Hospital Infantil todo parece estar muy lejano de la Navidad; basura acumulada y desparramada, familiares de niños hospitalizados en espera de buenas noticias, durmiendo donde puedan, porque aunque hay un albergue, éste es insuficiente.
A un costado del Hospital Infantil, internándose hacia el bosque, hay una zona donde los familiares que esperan noticias de sus hijos enfermos han colocado hamacas entre los árboles y ahí pernoctan mientras tanto. Duermen, mal comen y mal viven entre la zozobra de la austera existencia y la angustia del niño enfermo.
Grupos de personas con acciones humanitarias llegan y bajan ollas de pozole para repartir entre la gente que está ahí, los que quieren comer hacen fila, se reparten los platos y vasos de unicel para servirse un pozole y ponche, para llevarse algo al estómago.
El cielo está nublado, no se ve que vaya a llover, pero corre un viento frío y el sol apenas se asoma entre las nubes. A veces cae más fuerte, pero solo es por escasos minutos.
Parece un chiste o una desgracia; la basura acumulada, desbordándose de un bote de basura, muy cerca del anuncio que dice que esa área es zona de monumentos, patrimonio de la humanidad, ¿qué diría la Unesco?
A dos cuadras, caminando hacia el Centro Histórico de la ciudad de Morelia, se llega al Hospital Civil, otro sitio en donde la gente permanece por fuera de sus instalaciones en espera de buenas noticias de sus familiares internados. La zona también luce sucia, desgastada y con mucha actividad, demasiada para ser un día inhábil, uno de Navidad, pero la enfermedad no sabe de fechas, días horas, ni condiciones, solo llega.