Detente, una armadura religiosa para los católicos
MORELIA, Mich., 22 de marzo de 2020.- A algunos provocó risa que el presidente Andrés Manuel López Obrador use la estampa religiosa del Detente para protegerse del Covid 19, pero no a los católicos que la usan como una armadura religiosa.
En la página de Desde la Fe, Vladimir Alcántar narra que un Detente es la piadosa práctica que consiste en llevar la imagen del Sagrado Corazón de Jesús bajo la forma de un escapulario.
Esa práctica inició en el siglo 17 en el Convento de la Visitación, en Francia por santa Margarita María de Alacoque, a quien Jesucristo se le apareció y le prometió que su Sacratísimo Corazón se dilataría para derramar con abundancia las gracias de su divino amor a quien le rindiese honor y tributo.
La imagen del Sagrado Corazón de Jesús, llevada ya sea sobre el pecho, en la cartera, en el bolso o en el auto, no es un amuleto, sino un reconocimiento que se ejerce por las virtudes de la fe y la esperanza en el propio Jesús, en el sentido de que podemos esperar confiadamente en Él sus gracias y favores a través del culto que le rindamos con nuestras acciones.
“El Detente, es sobre todo, una armadura espiritual; con esta insignia -en la que además de la imagen del Sagrado Corazón, aparecen las palabras: “Detente, el Sagrado Corazón de Jesús está conmigo. Le decimos detente, en nombre de Jesús, al demonio y a toda sombra de maldad”.
Al principio, la autorización de la Iglesia para portar los ‘Detente’, fue concedida solamente a los conventos de la Visitación, pero en el siglo XVIII la práctica fue difundida ampliamente por la venerable Ana Magdalena Rémuzat, a quien Nuestro Señor le hizo saber anticipadamente el daño que causaría una grave epidemia en la ciudad de Marsella.
Ella misma, con la ayuda de sus hermanas de hábito, confeccionó millares de estas insignias y las repartió en toda la ciudad, por donde se propagaba la peste.
La historia registra que, poco después, la epidemia cesó de manera providencial; no contagió a muchos de aquellos que llevaban el Detente, y las personas contagiadas tuvieron un extraordinario auxilio con esta devoción.
En otras localidades cercanas sucedieron hechos análogos, y a partir de entonces, la costumbre se extendió por otras ciudades y países. La práctica piadosa del Detente ha representado un auxilio espiritual para quienes son fieles a Jesús y a su Sacratísimo Corazón.
En México, durante las primeras décadas del siglo 20, en la época de la persecución religiosa emprendida por el gobierno de Plutarco Elías Calles, los Detente fueron usados de manera masiva por los cristeros, quienes, confiados en que, con la ayuda del Sagrado Corazón de Jesús, saldrían gloriosos.