De la ira al llanto, impotencia de estar y no ser

MORELIA, Mich., 31 de diciembre de 2018.- La impotencia de estar y no ser de los diputados de Morena en el Congreso del Estado subió a ira y acabó en llanto.
Ser principal fuerza política en el Congreso y no tener influencia alguna dolió, tanto que no pudieron más que refugiarse en su mantra: ¡Es un honor estar con Obrador!
Traicionados por los diputados del Partido del Trabajo que decidieron votar a favor del presupuesto propuesto por el gobernador Silvano Aureoles intentaron un discurso político del que carecen y del que solo resuena la vulgar frase de Fermín Bernabé Bahena espetando al pleno: ¡se les acabó la chiche!
La imagen de Cristina Portillo temblando, llena de ira, con la voz quebrada por el llanto, pero no porque el gobernador no respete a los diputados como dijo, sino por los memes que circularon durante la sesión en la que se burlaban de la austeridad y de ella por su bolsa de la firma Louis Vuitton, o porque le recordaban que tiene asuntos pendientes en la Auditoría Superior de Michoacán, cuando fue secretaria de la Mujer.
Y porque en una excelente pieza de oratoria, Érik Juárez les dijo que no, que no es un honor estar con Obrador, que se pusieran a trabajar porque si llegaron al Congreso fue porque tuvieron suerte en la tómbola y porque se beneficiaron de la ola electoral que formó Andrés Manuel, pero que carecen de calidad moral para hablar de corrupción porque quien da señas del camino es porque ya lo anduvo.
Fue una jornada de más de 20 horas que comenzó a las 08:00 del domingo y concluyó a las 04:26 de este lunes, porque eso sí morenistas y petistas mayoritearon en tribuna mostrando que no tienen oradores, con lecturas de largos y tediosos discursos.
Más de 20 horas en las que los diputados del Partido Revolucionario Institucional se negaron a cargar con el muertito de más y nuevos impuestos, no hablaron, pero votaron a favor.
También los panistas, pero ellos sí asumieron la responsabilidad de apoyar la propuesta perredista.
Todo lo contrario de los petistas que recularon, que traicionaron a Morena, y votaron también por el proyecto gubernamental, pero que en un intento de lavarse la cara presentaron un titipuchal de reservas a sabiendas de que no iban a pasar.
Quisieron dar la impresión de que dieron la batalla hasta el final, cuando expusieron sus propuestas de derogar los artículos con más y nuevos impuestos y el pleno de la 74 Legislatura voto en contra.
Hasta transmisión en vivo tuvieron tanto en el canal oficial del Congreso como en sus cuentas de Facebook, pero ya habían votado a favor en medio de la burla generalizada por su falta de convicción y el rumor de que los Cendis les va a ir bien este año.