Cenobio Moreno, de epicentro de la delincuencia a comunidad modelo
CENOBIO MORENO., Mich., 13 de mayo de 2017.-Aquí, en lo que fue parte del epicentro operativo del Cártel de los Caballeros Templarios, se ha impuesto la sinergia ciudadanos-gobierno.
Y en 365 días, se logró lo que fue arrancando, perdido, durante una década de terror, violencia, narcotráfico, de debilidad institucional: una paz, aunque aún frágil, pero paz al fin.
Cenobio Moreno fue arrancando de las manos de los grupos delictivos.
Estaba sitiado, sus habitantes amenazados.
Pero valientes, se sumaron la propuesta del gobierno de Silvano Aureoles, bajo compromisos claros, obvio.
Solo en un año, el gobierno destinó 113 millones de pesos para rematar 39 obras prometidas durante 12 meses.
Fueron 12 meses en los que el gobierno constituyó el Consejo Ciudadano, el encargado y enlace de aterrizar las políticas públicas en una tenencia que mantuvo el abandono gubernamental permanente de otras administraciones, de ahí la presencia y embestida de la criminalidad.
Silvano movió y removió a toda su estructura. Se hizo presente, al menos, un día por semana, para evaluar y establecer lineamientos y compromisos.
Los habitantes, en su inicio, fueron reacios. No creían, pero las respuestas inmediatas abrieron el camino de los acuerdos.
Y en consecuencia, la salida de los crimínales, quienes en los inicios del proyecto, amenizaron, amagaron y desafiaron al gobierno y ciudadanos.
Hoy, a uno año del programa, Cenobio Moreno festejó. Organizó desfile y se autoagradeció que ha logrado salir avante a la presión de los grupos crimínales, no erradicados del todo.
"En Cenobio Moreno se construye una nueva historia", declaró el titular del ejecutivo, Silvano Aureoles Conejo.
Pero la historia no concluye en ahí.
El planteamiento se ha extendido a más lugares, todos ellos victimas del conflicto y la presión.
Así, el proyecto de comunidad modelo ya opera en Antúnez, Buena Vista, Tepalcatepec, Nahuatzen y otros.
"No habrá comunidad que lo visítenos. No habrá comunidad donde el gobierno no pueda entrar", advirtió el mandatario a mediados del 2016, cuando arribó con casi la totalidad del gabinete legal y una gran parte de los delegados federales.
Ahí, en la la cancha deportiva de Cenobio Moreno, Silvano Aureoles Conejo dinámizó toda la estructura gubernamental y ordenó, de manera inmediata, la apertura de una sede del registro civil, del ICATMI, la elaboración de los censos para aspirantes a becas para estudiantes en el marco del programa BecaFuturo, de Si Alimenta, la ampliación de beneficiarios de Liconsa, la integración de los planteles educativos a Escuela Digna, entre otro.
La misión, desde sus inicios, fue clara: recuperar los espacios e iniciar el restablecimiento del tejido social.
Aureoles Conejo dedicó casi la mitad de su agenda a revisar, evaluar y perfeccionar los Consejo Ciudadanos, aquí y en otras latitudes de la entidad.
"No habrá espacios para los delincuentes. Los vamos a detener. Los vamos a meter a la cárcel. Es mejor que se vayan porque ya los tenemos ubicados", es el reiterativo del perredista.
Pese a ello, la presencia de los grupos delictivos es persistente, desafiante, principalmente en este endeble franja de la tierra caliente, ruta de la anfetamina y centro de disputa de, al menos cinco cárteles.
La estrategia de Cenobio Moreno también va acompañada del reforzamiento de la estrategia de seguridad de los tres niveles de gobierno.
Ello se ha traducido en recientes desmantelamientos de células delictivas, donde sobresale la detención de Gilberto Moreno, el Chanda, objetivo de la PGJE y generador de violencia en la zona y el abatimiento de otros.
Cenobio Moreno es hoy el inicio de una larga ruta por la recuperación de la tierra caliente y de la entidad.
Va por delante la voluntad ciudadana y el compromiso gubernamental.