Brilló Bruno Aloi en el Palacio del Arte: acabó con el cuadro
MORELIA, Mich., 21 de enero de 2024.-En la fiesta de los toros hay veces que los adjetivos salen sobrando y cuando eso sucede es porque un torero alcanza niveles destacadísimos y, por ende, acaba con el cuadro. Así sucedió la tarde noche de sábado en el Palacio del Arte, donde el novillero mexicano Bruno Aloi realizó dos faenas en las que hizo gala de valor sereno, arte, don, mando, conexión, contundencia y grandeza para desorejar al primero de su lote, “Rabioso” de nombre, de la ganadería Torreón de Cañas; y cortarle las 2 orejas y el rabo al 7°, “Señorial”, de Arroyo Zarco. Para alzarse como el triunfador indiscutido e indiscutible del primer evento de la Fundación Ángeles Taurinos de este prometedor 2024.
Por lo que bordó, pinceló, esculpió y escribió este 20 de enero en el Palacio del Arte, queda en claro que allí, en Bruno Aloi, viene un torero de época. Todo lo hace bien este chaval de escasos 22 años y una grandeza torera que gusta, emociona, impacta y convence a propios y a extraños, a entendidos, a novatos asistentes y hasta a los más exigentes aficionados. Todo, todo lo hace bien, hasta lo que no hace bien, porque compone y recompone con soltura, belleza, garbo y donaire. Sí, no lo dude usted, allí hay un torero al que hay que desearle que le embistan y respeten los toros para que pueda vivir y podamos disfrutar de una época grande.
Nada que reprocharle y todo que agradecerle a este novillero defeño de presencia serena y toreo verdad que es dueño de cabeza fría y corazón vibrante, de variedad en su trasteo, de un caminar seguro, cadencioso, capote aterciopelado, muleta sedosa y espada certera. Bueno, hasta sus caídas en la cara del burel resultaron de grandeza torera porque en una ocasión se hizo el quite prácticamente boca abajo y, en otra rodó como trompo para evitar que el cornúpeta lo prendiera. Es tan dueño de las situaciones que, en dos tres momentos, pecó de exceso de confianza, se engolosinó y por eso fue empaletado en varias ocasiones.
DESOREJÓ A RABIOSO
El primero de su lote, 3° del encierro, fue “Rabioso”, novillo toro muy bien presentado, marcado con el 907 del fierro de Torreón de Cañas, con 450 kilos de poder y bravura, al que le dio su saludo capotero con verónicas suaves, chicuelinas acompasadas y un desmayo de capote en cascada. Y, después, un quite por saltilleras que calaron hondo en el ánimo del público que llenó apenas un cuarto del aforo del bello escenario. Su faena de muleta la inició de hinojos con derechazos largos y cambiados por la espalda para dibujar círculos en los que apenas si emendaba levemente.
Dibujó una tanda con un estaturario, 2 molinetes ceñidísimos, 3 derechazos, un cambiado por la espalda y un forzado de pecho, faena variada con la que provocó la escandalera. Las distracciones del novillo no fueron óbice para que errará con maestría, donosura y garbo, un exceso de confianza provocó que Rabioso hiciera por él y le dejara un rayón de cuerno en su pantorrilla izquierda. Mató de estoconazo y cortó dos orejas de puro bueno.
TODOS LOS TROFEOS
Señorial fue el nombre de séptimo del encierro, novillo medidito de presencia y peso, 340 kilos, marcado con el 39 del fierro de Arroyo Zarco al que Bruno Aloi recibió con doblones de buen calado, chicuelinas y una larga en cascada que se pasó luego sobre la cabeza con lo que prendió de nueva cuenta al respetable. Y cerró su saludo capotero con tanda imantada y emotiva de chicuelinas, tafalleras y una revolera luminosa de gran conexión. Su faena de muleta la inició con cambiados por la espalda, derechazos y para rematar se cambió de mano la franela para un pase de pecho sabroso.
Tropezó en un movimiento de reversa, cayó de espalda, se quitó el gañafonazo con la muleta y, afortunadamente, no pasó a mayores. El novillo se fue a menos, pero Bruno Aloi le dio tiempo y espacio al burel para pincelarle derechazos lagos y en redondo, un trincherazo de luz y seda, molinetes, cambiados por la espalda, naturales y pases de pecho al centro de la algarabía festiva del público. El juez de Plaza, Víctor Alanís, decretó 2 orejas, mas el público apretó con fuerza para que sacara el pañuelo verde, a lo que sin hacerse del rogar accedió la autoridad para que el novillero queretano diera la vuelta al ruedo con rabo y orejas y la compañía del ganadero Fernando Pérez Salazar.
4 DE TORREÓN Y 5 DE ARROYO
Fue una novillada larga, muy larga, de 9 novillos: los 4 de Torreón de Cañas y los 4 de Arroyo Zarco anunciados en el cartel, más uno de regalo de esta última ganadería para César Fernández “Quitos”. Desiguales en peso, presencia y bravura. Destacados el tercero y sexto. Todos cumplieron con lo que estipula y exige el Reglamento Taurino del Municipio de Morelia, que, en términos generales, es el mismo de la Monumental Plaza de Toros México.
EL QUITOS
El nimesmeño César Fernández el Quitos estuvo voluntarioso, entregado y valiente. Escuchó aplausos por lo hecho ante el primero, Tomasín de nombre, novillo marcado con el 19 de la ganadería de Arroyo Zarco. Al quinto de la tarde, “Cartelero”, buen novillo de Torreón de Cañas, lo mató de estocada que le alcanzó para una oreja. Al de regalo, “Amigable”, número 232 de Arroyo Zarco, novillo con 418 kilos que desarrolló sentido, le realizó tandas meritorias. Falló con la espada; vuela al ruedo.
LALO DE MARÍA
El diestro francés dejó ver muchas ganas de agradar. Ante el primero de su lote, “Añorado”, novillo de Arroyo Zarco con 360 kilos, le dio buen saludo capotero y le diseño tandas de muletazos en los que dejó vislumbrar a un novillero que tiene para desarrollar. Falló con el acero, escuchó un aviso y se retiro entre aplausos. A “Imperial”, sexto de la tarde, novillo de Torreón de Cañas que dio 380 kilos en la romana, le estructuró una faena meritoria y le cortó una oreja.
ANDRÉS GARCÍA
El hermano menor de El Payo es un novillero de buenas hechuras que más temprano que tarde habrá de romper en serio. “Viento Frío” fue su primero, novillo de Torreón de Cañas de 410 kilos con el que tuvo buenas tandas que le fueron reconocidas con petición de oreja que negó el juez de plaza, mas se retiró ovacionado. “Altruista” fue el nombre de su segundo, octavo de la tarde-noche, con el que logró momentos de acoplamiento y torería. Escuchó un aviso, falló con el acero y perdió una oreja que tenía ganada. Ovación.
RECONOCIMIENTO
La Fundación Ángeles Taurinos realizó un Reconocimiento al arquitecto Hugo Alberto Alejandre Medina y a quien esto escribe por nuestra labor en la Biblioteca Pública Municipal “Morelia 450 Aniversario”, donde desde hace 16 años se recibe a niños y niñas de preescolar, primaria y secundaria de padres y madres trabajadores que no tienen dónde dejarlos durante sus horas laborales. Alí, en esa institución se les ayuda en sus tareas escolares, sus estudios, desafíos e investigaciones, se les dan talleres de música, canto, papiroflexia, pintura, grabado, ajedrez y guitarra en un horario que va de 9 de la mañana a 6 de la tarde, todo gratuitamente.
La señora Tomasina, presidenta de Ángeles Taurinos, y los matadores Federico Pizarro y Alejandro Peláez, director general y director operativo, respectivamente, dieron a conocer que la fundación aportará los recursos para la edificación de una moderna sala de lectura en la biblioteca en mención.
PREMIACIÓN
El novillero defeño Bruno Aloi recibió un capote de paseo en premio como máximo triunfador de la novillada y, claro, después fue sacado a hombros ante la aclamación generalizada del público, ese que salió toreando del Palacio del Arte después de disfrutar de las muy buenas faenas de ese chaval que apunta para torero de época.
El ganadero Fernando Pérez Salazar, propietario de la ganadería mexiquense de Arroyo Zarco, fue premiado con una escultura como triunfador de la novillada. Así sea.