Atados a la miseria, niños jornaleros
CIUDAD DE MÉXICO, 11 de febrero de 2018.- El lodo es la alfombra áspera y pegajosa sobre la que caminan los pies descalzos y maltratados de los niños; la zanja de riego agrícola ubicada en la orilla del campamento es su alberca, sus regaderas y el lavadero para sus madres. Son cerca de 150 niños jornaleros en los campos de Coahuayana condenados a vivir entre la miseria, pues sus padres se oponen a recibir ayuda de los gobiernos estatal y municipal.
De acuerdo con El Universal, a 10 kilómetros de la cabecera municipal de Coahuayana, cerca de 300 campesinos migrantes establecieron un campamento construido de madera vieja y láminas de cartón, de éstos 148 son niños que trabajan en los campos de este municipio y al menos 90 son indígenas del estado de Guerrero, de acuerdo con documentos en poder de El Universal.
Del resto de menores, 26 pertenecen a familias migrantes de Colima, siete de Chiapas, cinco de Tabasco, cuatro de Jalisco, una de Zacatecas y 15 de otros municipios de Michoacán.
Los jornales para niños y adultos inician a las 8 y terminan a las 17 horas. Según los propios migrantes, el municipio de Coahuayana es uno de los más seguros del país y donde mejor les pagan (200 pesos al día por campesino).