A 65 años de la partida del ideólogo revolucionario Francisco J. Mújica
MORELIA, Mich., 12 de abril de 2019.- Este viernes se cumple el 65 aniversario luctuoso del destacado ideólogo revolucionario Francisco J. Mújica, un michoacano nacido en Tingüindín el 3 de septiembre de 1884, quien se distinguió por defender la educación laica.
El también militar fue gobernador de los estados de Tabasco y Michoacán, y secretario de Economía Nacional y Comunicaciones y Obras Públicas durante el gobierno de Lázaro Cárdenas.
“Ante la inminente expropiación petrolera, Cárdenas solicitó su participación para la redacción del respectivo manifiesto, pues en 1935 escribió: Lineamientos generales de nuestra política petrolera, un texto que si bien no recomendó al pie de la letra la expropiación, sí propuso la revisión de las concesiones de explotación del subsuelo, la creación de refinerías estatales y la ampliación de la educación petrolera para no depender de técnicos extranjeros”, afirma el historiador Gerardo Díaz.
“Participante del Congreso Constituyente de 1917, por sus posiciones y sus debates fue siempre recordado como uno de los mejores constituyentes y de los fundamentales ideólogos de la Revolución mexicana. Fundamentalmente, su trabajo se enfocó a los Artículos referentes a temas de religión, política, economía y educación de la Constitución. Su ideología quedó plasmada en los Artículos 3º, 27º y 123º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos”, refieren fuentes sobre el político michoacano.
[…] si dejamos la libertad de enseñanza absoluta para que tome participación en ella el clero con sus ideas rancias y retrospectivas, no formaremos generaciones nuevas de intelectuales y sensatos, sino que nuestros pósteros recibirán de nosotros la herencia del fanatismo, de principios insanos, y surgirán más tarde otras contiendas que ensangrentarán de nuevo a la patria, que la arruinarán y que quizá la llevarán a la pérdida total de su nacionalidad.”, afirmaba J. Mújica.
También escribió: “Combatir por una causa justa es más fácil que lo que a primera vista parece. Los pueblos aman el bien por instinto, porque así gozan de bienestar y caminan prestos al progreso y a la perfectibilidad, estado que es más grato a la criatura humana que el del vicio y la degradación…”