Rituales de Año Nuevo para atraer lo mejor en 2023
MORELIA, Mich., 31 de diciembre de 2022.- Cerrar ciclos y abrir otros nuevos. El fin de año se convierte en una época de revisión a un año que termina. De la misma manera, se consagran nuevos retos y deseos por cumplir: quién sabe qué tiene la noche del 31 de diciembre, que todo parece posible. Amor, suerte, viajes, abundancia, se convierten en deseos, se decretan, casi se pueden tocar.
Para favorecer esa atracción de bondades, y para que 2023 sea redondo, están algunos rituales que no deben faltar:
Una barridita a la casa. Además de favorecer en las labores del hogar, este ritual ahuyentará las malas vibras y energías negativas que pueda haber en la casa. Ojo, siempre y cuando la barrida sea hacia el exterior y en dirección a la puerta principal, de lo contrario, ¡creará el efecto contrario que se busca!
Comer 12 uvas, de ser posible coincidiendo con las 12 campanadas últimas del año. Con cada uva pensaremos un deseo que sume al final 12 encargos al Universo, un racimo de ilusiones para convertirse en realidad.
Usar ropa interior de colores: roja, para encontrar el amor o hacer que perdure; amarilla, para que el dinero fluya como caudal de río abundante. Y las nuevas modalidades según los tiempos: blanca, para hallar armonía y paz, si la vida se ha mostrado convulsa; naranja, para recuperar el entusiasmo y la vitalidad; rosa, si se quieren vivir romances sin compromiso; verde, para un año de extraordinaria salud y protección universal. Sobra decir que la prenda ha de ser recién estrenada.
Salir a la calle con una maleta. Los viajes son un anhelo cada vez más extendido: nuevos paisajes, nuevas costumbres, culturas diferentes. Y si en este ritual se camina una cuadra completa, la posibilidad que suceda se multiplica.
Vaso con agua. Dicta la tradición de este ritual que lanzar el agua de un vaso a la calle, dará por terminada cualquier tristeza vivida en el último año y evitará un año venidero de lágrimas. La convicción de este ritual ha de ser fuerte y voluntariosa, y siempre mirando al frente en la dirección que se lanza el agua, a modo de despedida del llanto.
Doce monedas doradas. Este ritual pretende forjar relaciones personales duraderas. De mano en mano, los integrantes de la mesa que despide el año, se pasarán 12 monedas doradas (servirán las de 50 centavos o de diez pesos) para compartir bondades y abundancia con los demás, y los demás con uno mismo. Un gesto recíproco para salvaguardar un año de amistad y camaradería en los posibles contratiempos.
Tiempo de creer. Rituales para los más confiados, y también para aquellos incrédulos, que “por si acaso llega a funcionar” se resisten, de todas formas, a renunciar a la mera posibilidad de la felicidad.