Pierden grupos de teatro hasta 75 mil pesos por obras suspendidas
MORELIA, Mich., 12 de abril de 2020.- El teatro permite expresar sentimientos y emociones además de ser una herramienta educativa que le cambia la vida a niños, adolescentes y a sus padres, afirmó Lucila Martínez, quien aun siendo diputada forma parte del grupo de teatro de La Casona que dirige Juan Carlos Arvide.
Este año no le va bien a ese grupo porque tenían preparada una temporada de cinco funciones de La ultima cena, pero no se pudo llevar a cabo debido a la contingencia sanitaria por la pandemia del Covid 19 y tampoco se pudo montar la obra He aquí al hombre, en la que ella hace el papel de la Virgen María, la madre de Dios.
Las pérdidas son considerables porque He aquí al hombre, es una obra en la que hay alrededor de cien actores en escena y solo se presenta una vez al año, el Viernes Santo; además de que desde el año pasado el ayuntamiento de Morelia, no apoya al teatro ni el montaje de esa obra en particular, como lo hacían anteriores administraciones municipales.
Son obras que requieren mucho trabajo porque comienzan los ensayos dos meses antes y 15 días continuos previos a la presentación, y la paga es poca porque el actor principal gana alrededor de 3 mil pesos, y el pueblo 300.
Considerando la escenografía, el vestuario, la iluminación, el sonido, esa obra requiere de una inversión de unos 75 mil pesos, estimó la legisladora por el Partido Verde Ecologista de México y, en el caso de La última cena, cuando se presenta en los municipios, además hay que pagar el transporte y la alimentación de los actores.
“Es mucho amor al arte, no deja dinero; la Secretaría de Cultura del estado y las de los municipios deberían gestionar más recursos porque hay muchos grupos de teatro, pero apenas sobreviven, cuando lo que hace falta es acercar el arte y la cultura a los ciudadanos.
“La gente está deseosa de cualquier manifestación artística porque en los municipios no tienen acceso y, en el caso del teatro, cuando nosotros vamos, se llenan las plazas, como en Puruándiro, Angamacutiro o Huandacareo”.
Martínez cuenta que le encanta el teatro y sus hijos acudieron a los talleres de la clínica 75 del Instituto Mexicano del Seguro Social, donde conoció a Jesús Pérez Gallardo, con quien empezó a trabajar en la obra Don Juan Tenorio y, posteriormente, conoció a Juan Carlos Arvide, con quien ha tomado algunos diplomados.
Hace cuatro años, la actriz que hacía el papel de la Virgen María se enfermó y Arvide la invitó a sumarse al grupo, el cual no dejó cuando llegó al Congreso del Estado y desde donde ha procurado apoyar tratando de que los demás legisladores valoren las artes, aunque confiesa que le ha dado trabajo convencerlos.