Mi hijo fue un superhéroe, salvó a sus hermanitos: papá de Lalo
GUADALAJARA, Jal., 6 de marzo de 2022.- Su grito es de dolor. En busca de justicia. Que necesita ser escuchado en todo Jalisco. Ese grito es del señor David Salomón, padre del menor Eduardo Salomón, quien fue sacado de su casa y asesinado en el municipio de Tlajomulco.
El joven de tan sólo 16 años de edad presintió el terror que llegaba a su domicilio ubicado en el fraccionamiento Hacienda de los Fresnos 2 y con las agallas de un superhéroe resguardó a sus tres pequeños hermanos del peligro, dejando que unos delincuentes se lo llevaran sólo a él.
Días después fue localizado en una vivienda del centro de Tlajomulco de Zúñiga, lamentablemente sin vida. Su cuerpo estaba junto a cartuchos, chalecos tácticos, objetos contundentes, punzocortantes, pasamontañas y vehículos utilizados por el crimen organizado.
Hoy, a poco más de un mes de aquella terrible tragedia el señor David Salomón sólo pide justicia por su hijo y que la historia de su joven héroe que le salvó la vida a sus hermanitos sea reconocida por la sociedad.
Don David recuerda con mucho dolor y tristeza a su adolescente, un niño bueno, un menor preocupado por los suyos y por los demás.
“A mi hijo me lo quitaron. Un niño que era bueno, que no le hacía daño a nadie. Un niño con el que dábamos gracias a Dios por los alimentos, que nos preocupamos por el ambiente de los demás, que pedíamos a Dios que, si alguien no tuviera qué comer, que alguien se apiadara y le diera un pedacito de pan aunque sea. Me arrebataron a un apersona que era muy buena, muy buena. Una persona con la que discutía de convivir con él. Un día antes teníamos la discusión de que quería aprender un juego que él descargó en su celular y habíamos quedado que el sábado íbamos a salir a jugar ese juego. Así era nuestro convivio, convivir padre e hijo, padre y sus hijos, el día a día era expresarles el amor que les tengo”.
La historia de Don David y Lalo apenas se escribía, los capítulos de su adolescencia eran temas de charla, incluso de bromas entre ellos, bromas que hoy recuerda con mucho dolor, pero sabe que como padre hizo hasta lo imposible para que su hijo, sus hijos, fueran felices y cubrir esa parte que a él le faltó con su padre.
“Recuerdo día a día. Yo con Lalo siempre he sido de, a la hora de irme a trabajar le daba su bendición, lo abrazaba, le daba un beso en la frente, en el cachete, en la cien diciéndole te amo, siempre he sido así con él, siempre. Mi padre, tuvimos un tiempo que no nos vimos y me faltó ese tiempo y yo de alguna manera quiero cubrir eso que me faltó con mi papá con mi hijo, por eso siempre he sido amoroso con ellos, los he guiado y los he regañado”.
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