Liberan ejemplar de Mantrika los guardianes de la selva de Coahuayana
COAHUAYANA, Mich., 14 de marzo de 2019.- El colectivo ambientalista Guardianes de la Selva, informó que a finales del mes de febrero, fue liberado en el Cerro de La Aguja una hembra de Mantrika, un mamífero de tamaño pequeño que vive en las copas de los árboles, cuyo número de ejemplares se ha ido reduciendo por la invasión del hombre a su hábitat natural.
De la Mantrika liberada solo se sabe que fue capturada por unos cazadores que la llevaron al pueblo aquilense de Maquilí, donde tras tenerla un tiempo en cautiverio decidieron entregarla a la Policía Comunitaria para que la regresara a su hábitat natural, y estos la entregaron al colectivo ambientalista coahuayanense Guardianes de la Selva, quienes cumplieron una vez más con su misión de cuidar y proteger a la flora y fauna de la última gran reserva ecológica del municipio de Coahuayana.
Personas de la tercera edad que viven en localidades del rumbo del Cerro de la Aguja, cuentan que antes había “grandes manchas” de Mantrikas viviendo en los árboles de la selva, las que cuando veían algún humano o depredador en el suelo de su espacio, para ahuyentarlos gritaban fuertes y agudos chillidos ensordecedores “que se escuchaban lejísimos”, y lanzaban lo que tuvieran a su alcance como pedazos de ramas, frutas y lo que fuera para correr a los intrusos, y ahora son difíciles de encontrar.
El colectivo ambientalista Guardianes de la Selva, desde hace 10 años emprendió la tarea de obtener testimonios de la existencia de algunos animales que se dice hay en el Cerro de la Aguja, como chonchos, pumas, panteras, jaguar, y otros más, y desde entonces no había localizado ninguna señal de vida de estos animalitos que en el municipio de Coahuayana los conocen como changuitos o micos Mantrikas, mientras que en otra parte del mundo los identifican como Martuchas o Kinajú.
La Mantrika, Martucha o Kinkajú se caracteriza por presentar una cola larga y prensil. Tiene el rostro aplanado, ojos grandes y redondos y pequeñas orejas peludas y redondas, las patas son proporcionalmente cortas.
El color del pelaje es variable y puede ser pardo oliva, pardo amarillento o castaño claro en la parte superior del cuerpo y de la cola. Algunos individuos tienen una línea negra en la parte media dorsal. La parte inferior del cuerpo y de la cola tiene una coloración parda amarilla o amarilla pardusca. El hocico es café oscuro o negruzco y el pelaje es suave y lanudo, de acuerdo con información del Zoológico de Guadalajara.