Daniel y José Alfonso, jóvenes que regalaron vida
MORELIA, Mich., 1 de septiembre de 2019.- Con tan solo 15 años de edad, Daniel y José Alfonso se convirtieron en dos jóvenes donadores de órganos. Tras el diagnóstico de muerte encefálica sus familias cumplieron sus deseos de dar vida a otras personas.
Este domingo fueron recordados durante la tradicional misa organizada por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Michoacán, como parte de la campaña que anualmente emprende para propiciar la donación voluntaria de órganos con fines de trasplante.
Orgullosos, pero aún tristes por su irreparable pérdida, los padres de estos jóvenes que perdieron la vida en momentos diferentes, los recordaron como grandes seres humanos, alegres y amigables, y de quienes aprendieron más de lo que ellos mismos pudieron haberles inculcado.
“Mi hijo (Daniel) fue donante, me pidió que si él llegara a fallecer donara sus órganos, (…) yo quise donar todo porque me imaginé el dolor que pueden sentir otras mamás, ya que por mi hijo ya no podía hacer nada. Me siento muy tranquila y orgullosa porque él fue quien me le pidió”, compartió la señora Adriana Robledo Cárdenas, mamá de Daniel.
“Es un orgullo para nosotros haber tenido a ese muchacho porque él fue como mi maestro, me enseñó muchas cosas. Como un mes antes (de su fallecimiento) él me dijo que si llegaba a tener muerte cerebral quería donar todos los órganos que se pudiera”, dijo por su parte Josefina Caballero, madre de José Alfonso, quien creyó que su hijo ya presentía su muerte.
Daniel era originario del municipio de Los Reyes y entre sus amigos era conocido como El vaquero. Se había salido de la escuela para irse a Estados Unidos pero sus planes se vieron truncados tras su muerte en marzo pasado por un golpe en la cabeza producto de un desmayo ocurrido mientras jugaba futbol con sus amigos.
“Doné prácticamente todo: sus córneas, corazón, riñones, hígado, tejido (músculoesquelético), hueso. Yo creo que por ahí está mi hijo vivito todavía. Lo recuerdo risueño, alegre y enojón, aún me hace falta su carácter”, mencionó.
El próximo cinco se septiembre se cumple un año de la muerte de José Alfonso. Sufrió un accidente mientras conducía una cuatrimoto en un día de campo con sus amigos, en el municipio de Purépero.
Cursaba el segundo año de bachillerato y le faltaba un mes para cumplir 16 años. Sus padres lo recuerdan como un joven alegre y muy apegado a Dios.
“Es muy reconfortante saber que de alguna manera él sigue viviendo en otras personas. (…) Me comentó que si él se moría no estuviéramos tristes, que hubiera fiesta, y así fue, se le despidió con banda y asistió mucha gente. Después fui comprendiendo el por qué me lo decía”, concluyó la madre de José Alfonso.