El vasolote, un antojito popular para propios y extraños
MORELIA, Mich., 10 de abril de 2017.- Con más de 26 salsas a elegir, entre las que destaca la tradicional tarasca, aderezado con sal, limón, crema, mayonesa y queso rallado, el vasolote se ha convertido en uno de los antojitos morelianos favoritos para degustar a cualquier hora del día, ya sea como alimento o botana de media tarde. Es un manjar para propios y extraños.
Similar al esquite, pero sin especias ni hierbas de olor, este antojito consta de granos de maíz cocidos servidos en un vaso, de ahí el nombre vasolote que cobró popularidad en las dos últimas décadas en estados del norte, centro y sur occidente de México, donde, anteriormente era más común la venta de elote, asado o cocido, en su mazorca.
Mientras prepara un vasolote, José Rogelio Ayala Chávez, vendedor, explica el procedimiento: se sirve una primera base de elote en el vaso, y se le agrega crema o mayonesa, o ambas, y queso rallado. El procedimiento se repite en una segunda capa de elote, sobre el cual se agrega un toque de sal y limón, y se invita al cliente a poner salsa a su gusto.
“El secreto de los vasolotes está en la salsa, hay de tamarindo, mango, arándano, pepino, habanero y cacahuate, pero la más solicitada es la tarasca, que es una salsa preparada con varios tipos de chiles licuados en aceite y juliana de tortilla dorada, es de las más pedidas y ha llegado a ser como el sello de este antojito”, comentó Ayala Chávez.
A decir del joven, en esta temporada vacacional de Semana Santa es común ver que turistas no conocen lo vasolotes, por lo que se acercan a probarlos con curiosidad, preguntando sus ingredientes y cómo se prepara para quedar encantados; sin embargo, este antojito no deja de estar entre los más buscados por los propios morelianos.
En sus granos de maíz, el vasolote encarna la identidad de la cultura mexicana, y como parte de la amplísima variedad de la gastronomía de Michoacán, con cada toque particular y variedades de salsa, este antojito se puede localizar a la vuelta de la esquina en cada barrio de la ciudad, donde se ofertan para consentir hasta a los paladares más exigentes.