Travesía en trasporte público de Morelia: empujones, caídas y pisotones
MORELIA, Mich., 17 de marzo de 2017.- Empujones, exposiciones a caídas y pisotones, a lo que llega a sumarse la veloz carrera que puede resultar en accidentes trágicos, es la escena cotidiana entre las 3 mil combis y 1 mil camiones de transporte público que diariamente circulan en Morelia ante la mirada de autoridades de tránsito municipal, facultadas para infraccionar a los trabajadores del volante por exceder el número de cupo.
“No es que llevemos gente de más, es la misma gente la que demanda el transporte, no les importa ir de pie, además, para eso también llevamos pasamanos para que se agarren, y por mi parte la velocidad siempre es moderada”, comentó a Quadratín Luis Antonio Mora, chofer de la ruta roja.
Sin embargo, aunque la tarjeta de circulación para el tipo de unidad que conduce Luis establece un límite de 16 pasajeros, sobre el tramo Acueducto – Monumento, en dirección Oriente-Poniente, se desplazó con 22 personas a bordo sin que ninguna autoridad de tránsito le marcara el alto para infraccionarlo.
Mientras que las personas sentadas, seis de ellas obesas, no despagaban la vista de sus celulares, algunas, otras, de sus libros y revistas, o hurgaban en sus bolsos, los de a pie contaban cada cuadra a su destino mientras encorvaban el cuello en la medida de lo posible; “¡déjale el lugar al señor, muchacho!”, conminó una mujer a un joven que extraviado en la pantalla de su celular parecía no mirar a un adulto mayor que apenas alcanzaba el pasamanos.
Tan solo en Morelia circulan diariamente unas 4 mil unidades de transporte colectivo y urbano, de las que 3 mil son combis y el resto, camiones urbanos y suburbanos, quienes transportan diariamente a unos 150 mil pasajeros, de quienes, se estima que alrededor de 30 por ciento no viaja sentado en un asiento, sino de pie.
“Del total del pasaje que se sube, debe ser un 30 por ciento el que me toca llevarme de pie, pero no en todos los casos es un sobre cupo, porque mi tarjeta, por ejemplo, me permite llevar 12 personas, y siempre cumplo, porque rara vez lleno, sino que hay personas muy gorditas que ocupan dos lugares, y entonces ahí ya no se puede contar por pasajero”, comentó Jesús Ruiz, chofer de la ruta amarilla.
En el tramo de la calle Eduardo Ruiz y Cuautla, efectivamente el chofer no llenó los asientos de su combi, que se ocuparon en un 80 por ciento, sin embargo, la velocidad llegó a excederse en dos ocasiones, mientras el conductor renegaba entre dientes: “¡me la volvió a hacer este canijo!”. Conocido es el cronómetro bajo el cual se rigen a los conductores para distribuir de manera proporcional el número de pasajeros, y avanzar en la tarea de completar “la cuenta”.
Según se puede observar, los camiones que van hacia los fraccionamientos del Poniente de la ciudad, Villas de la Loma, Villa Magna y Villas del Pedregal, entre otros, llegan a duplicar el número de pasajeros permitidos, quienes, con la premura de llegar a sus lugares de trabajo o centros escolares, acceden a viajar agarrándose hasta del vecino, si llega a ser necesario.
Y para muestra, solo hay que ver cómo arriban a la zona urbana, cuando, en dirección Poniente-Oriente hacen una nueva parada en el crucero avenida Madero-Libramiento, salida a Quiroga; de la mayoría de estas unidades bajan decenas de personas y otras más suben, se ocupan todos los lugares y hay dos filas de personas de pie, agarradas de los pasamanos, o de donde pueden.
“¿Legal? No creo que sea ilegal que haga mi trabajo; las personas requieren un servicio que nosotros ofrecemos; yo creo que lo que tú buscas es como todos los medios acusarnos a nosotros de exceso de velocidad y chafiretes, pero nel, yo estudié, y sé por dónde va tu pregunta; mira, si la gente se sube es porque decide hacerlo, cuando yo me detengo ellos alcanzan a ver si hay o no hay lugar, pero lo cierto es que llevan prisa, como todos”, comentó un conductor de estos camiones blanquiamarillos.
El cotidiano sobrecupo en el transporte público es responsabilidad tanto de transportistas como de pasajeros, consideró el titular de la Comisión Reguladora del Transporte (Cocotra) en Michoacán, Antonio Lagunas, al recordar que, ante la violación a la norma, la autoridad de tránsito y vialidad es la responsable de imponer las sanciones correspondientes.
En entrevista con Quadratín, el titular de Cocotra hizo notar que es responsabilidad de la autoridad de tránsito infraccionar a los conductores que lleguen a operar con sobrecupo, pero también destacó que, en buena medida, esta dinámica es resultado de que las personas no salen de su casa a abordar el colectivo con el tiempo suficiente, por lo que acaban por abordar las unidades, aunque no haya espacio suficiente.
“La autoridad de tránsito vehicular está facultada para infraccionar a los choferes que vayan con sobrecupo, porque las tarjetas de circulación de cada unidad establecen el número de pasajeros a que se deben limitar los operadores; sin embargo, también es un tema de cultura, la gente sale tarde a sus trabajos, y luego insisten a los choferes para que se detengan y los lleven; me parece que es un tema de corresponsabilidad”, comentó Antonio Lagunas.