Transforma vida de una familia la equinoterapia gratuita de la SSP

MORELIA, Mich., 13 de septiembre de 2024.- Después de años de buscar respuestas al llanto intenso de su niño y actitudes agresivas, Karla finalmente pudo saber que aquellas reacciones y actitudes eran resultado de problemas neuronales que afectaban el desarrollo del menor, pero no había tratamiento ni actos de amor que rindieran efectos en su pequeño Héctor, hasta que encontró en las instalaciones de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), y con la equinoterapia, seis meses después la vida de toda la familia se transformó.
Al poco tiempo de haber nacido, Karla y la abuela de Héctor se percataron que el llanto era más intenso, pero era muy pequeño para tener un diagnóstico. Todo se atribuía entonces a la edad, alimentos y otras afecciones que no estaban relacionadas.
Conforme crecía se hacían notorias las diferencias, pero fue hasta los cuatro años que al ingresar al preescolar que el pequeño fue diagnosticado y trasladado de una escuela regular a un Centro de Atención Múltiple a recibir atención especializada.
Pero el autismo no es un trastorno, no una enfermedad curable. Hay paliativos que ayudan, algunos más y otros menos, pero fue justamente los resultados positivos documentados de pacientes en la equinoterapia de la SSP que llevó la mamá de Héctor a tocar puertas a la dependencia.
"En un principio parecía todo normal, pero comenzaron los síntomas, fue diagnosticado por un neurólogo y se nos recomendó la terapia, porque era necesario regular su hiperactividad mixta, el TDAH, la ansiedad, el déficit de atención y agresividad, teníamos que mantener a raya esa intensidad. Pero es muy costosa en el sector privado", dijo Karla, madre del menor.
Preocupaba a la familia el desarrollo de Héctor, porque le estaba costando trabajo aprender.
Héctor crecía sin saber escribir, leer correctamente o las tablas de multiplicaciones, además de sus explosiones y cambios de ánimo.
El niño expresaba sus emociones con actos considerados violentos y era poco sociable , fue entonces que se apuntó en la lista de espera para recibir terapia dos veces a la semana con los oficiales de la Guardia Civil en la unidad de equinoterapia, porque como otras familias que están en lista de espera su condición socioeconómica no les permitía pagar el tratamiento.
La equinoterapia, explican los investigadores del Instituto Tecnológico de Sonora Laura Barrera, Miraba Sotelo y Orlando Contreras, "utiliza el movimiento cíclico del paso del caballo, para crear una terapia de relajación y transmitir al jinete una serie de oscilaciones tridimensionales, producto del movimiento cadencial del animal, asimismo se ha señalado su valor en la corrección de problemas de conducta, disminución de ansiedad, fomento de confianza y concentración, mejoría en autoestima y sobre todo en los casos de población infantil en condiciones de discapacidad".
La hipo terapia no cura el padecimiento, pero ayudó a Héctor, de ocho años, que poco a poco comenzó a mejorar. A seguir instrucciones, a mejorar sus emociones y respuestas ante situaciones a las que antes lo hacía de forma agresiva.
Margarita, abuela del menor y una de las cuidadoras, recordó que antes era complicado cumplir su tarea de cuidadores.
"Mi nieto antes no prestaba nada de atención, era muy enojón, muy corajudo. Era agresivo y con la terapia se bajaron esas explosiones en su conducta, quienes lo conocen reconocen su cambio, hasta dicen que parece otro. También es más sociable", comentó.
El problema neuronal también le afectaba en su motricidad. No tenía coordinación, lo que hacía que sus movimientos fueran torpes. Además de que encontró en el espacio de terapia de la SSP un lugar que lo hace feliz, que lo lleva a experimentar emociones alegres.
"Él viene dos veces a la semana a terapia y desde que amanece, que sabe que tiene que acudir, se emociona, él prepara su mochila y está muy contento", relató la abuela de Héctor.
La Unidad de Equinoterapia es un espacio distinto, ¡totalmente diferente al que conocemos de la Secretaría!, está dentro del mismo complejo, pero el ambiente es familiar y amigable.
Es un rostro de los policías que pocas veces se ven o conocen.
Es un grupo de oficiales con capacitación en el cuidado de los caballos, el tratamiento de los menores y la enseñanza de los ejercicios adecuados para lograr los resultados planeados y personalizados para cada menor, según su condición, autismo, síndrome de Down y otros padecimientos.