The Post: cuando Spielberg filmó un Quadratín…
Lulú Petite, la mítica critica de cine porno y escort, sorprendió a Quadratín con una espontánea colaboración-recomendación en tiempos de pandemia, a propósito del estreno de The Post, este martes en Netflix.
Aquí su texto:
Érase una vez, cuando para publicar un diario, el impresor debía armarlo a mano, como un rompecabezas. Palabra a palabra, antes de que la tinta llegara al papel, debía construirse un molde a partir del acomodo de tipos de metal con el mismo diseño y tamaño (supongamos que doce puntos). Así, acomodando letras y espacios en blanco, se formaban las planas que terminaban en las manos de los lectores como el principal medio para conocer lo que sucedía en el mundo.
La unidad de medida de esos espacios, se llama cuadratín y corresponde al cuerpo del tipo de caracteres imprimibles y espacios en blanco. Hoy, que todo se mide en megas, gigas y teras, ese trabajo artesanal que implicaba parte del difícil arte del periodismo, parece memoria de una época lejanísima.
Me viene esto a la mente porque el próximo martes estrenan en Netflix la película The post (2018), dirigida por, quizá, uno de los más prolíficos y talentosos directores vivos: Steven Spielberg. La cinta comienza con tomas de una recreación de la rotativa del Washington Post de los años setenta; vemos las máquinas gigantescas y ruidosas, el movimiento trepidante, el ir y venir de personas, papel, carros, fierros y, desde luego, el trabajo meticuloso de ordenar los cuadratines. Es tan buena la secuencia, que casi puedes sentir la textura de la tinta, el olor del papel, la adrenalina de, la noticia, la exclusiva, el escándalo.
De entre la vasta filmografía de este genio americano, The Post aunque quizá no sea de las más conocidas, es probablemente una de las más poderosas. Protagonizada por una (siempre) espectacular Meryl Streep y un competente Tom Hanks.
Ella personifica a Kay Graham, por coyunturas testamentarias queda a cargo del Washington Post, en medio de un directorio conformado por varones y al frente de un negocio gobernado por la testosterona. A penas tomando las riendas del negocio familiar, llega al diario la posibilidad de divulgar información que expondría la inmundicia en el gobierno de Richard Nixon. La reacción del Gobierno es inmediata. Con la amenaza de pisar la cárcel por traición a la patria y poner en riesgo el legado de su padre, frente a la presión de los expertos de traje y corbata, ella debe decidir entre el periodismo y la estabilidad.
Spielberg es un experto en convertir una historia de cómo se pela una papa en una película emocionante. Sabe, aún en historias que narran hechos reales y cuyo desenlace es conocido, mantenerte al filo de la silla, disfrutando de un buen ritmo narrativo y de actuaciones excepcionales.
Al final, de una manera sutil pero encantadora, a modo de homenaje, la película se conecta con otro hito del cine sobre periodismo, Todos los hombres del presidente.
En una época en que el valor de los medios de comunicación, su responsabilidad con la verdad y con los hechos se confronta con la presión por evitar el dedo acusatorio desde el poder político, la cinta de Spielberg cobra una mayor relevancia.
Se estrenará con el tío Netflix este martes 8 de septiembre y, si la pandemia no te permite ir a los cines y tienes ganas de ver algo que valga la pena, The Post es una gran opción, sirve que ves el ‘cameo’ de esos pequeñitos cuadritos de metal que dieron nombre a una de las primeras grandes agencias de noticias digitales de México: Quadratín.
Un beso,
Lulú Petite.
*Lulú Petite es crítica de cine porno. La porno es ella, no el cine. Escribe en El Universal Gráfico los martes y jueves la columna Diario íntimo, es autora del Libro Los Secretos de Lulú Petite, y desde 2018 escribe crítica cinematográfica y de televisión en el portal especializado Filmsteria. Es tuitera, escort y amante del cine y las series.