Solo los muertos saben: cortometraje sobre las tradiciones de Michoacán
MORELIA, Mich., 11 de octubre de 2024.- Solo los muertos saben, es un cortometraje documental dirigido por Andrés Alonso Ayala, realizado por un gusto personal y una situación que le parece mística y abstracta con relación a la tradición de la Noche de Muertos en Michoacán. Este corto participa en la edición 22 del Festival Internacional de Cine de Morelia en la Sección Michoacana.
Solo los muertos saben, es un cortometraje que aborda desde un ojo externo la tradición de la Noche de Muertos en la región lacustre de Michoacán. Es una mirada que desde lo más lejano posible capta distintos elementos propios y ajenos a la fiesta de la comunidad.
El trabajo fue realizado por la región lacustre de Michoacán, explicó el director a Quadratín. Estuvo en Janitzio, Tzintzuntan, Tzurumútaro, Cucuchucho, y llegó hasta Santa Fe de la laguna. Esta visita ocurrió durante dos años, tomando en cuenta que solamente son dos noches, es decir, la noche del 1 de noviembre de cada uno de estos dos años.
Es una cuestión muy mística, todo lo que engloba esta tradición, expresó Adrián, pero también es muy abstracta. Contó que suele visitar esta región en esa temporada del año, y durante la pandemia mucho de esto se detuvo, por lo que cuando bajaron las restricciones por el Covid-19, mucha gente se desbordó sobre esta tradición.
"De repente abren la puerta como un grifo y toda la horda turística explota, en todos lados, no solo en Michoacán, pero me tocó Michoacán, me tocó estar en esta festividad y es impresionante, es una horda que se come a la misma tradición, sobrepasa a las fiestas y desdibuja las líneas, creo yo, de cuándo es una tradición y cuándo es ya una atracción", expresó y dijo que este fue uno de los mayores motivantes para hacer este trabajo.
Podría ser una crítica visual, señaló el realizador, pero en general el cortometraje "invita a una reflexión de autoconciencia más que nada, porque a pesar de que son hordas y hordas, pues son individuos los que conforman todo eso", expresó, por ello su trabajo invita a la reflexión de cómo nos desensibilizamos en ocasiones, y lo hacemos solamente por ser parte de un grupo gigantesco.
En realidad siempre grabar de noche resulta un reto, expresó, esto por las mismas capacidades de las cámaras que hace que el trabajo de postproducción siempre sea mucho más tardado, no obstante se dan los resultados, y además no se consigue grabar la Noche de Muertos en otra hora del día, ni otro día, aseveró.
Grabar en multitudes también resulta pesado porque uno se "engenta" y se complica la movilidad, "en realidad es un poco cinéma vérité, obviamente hay planteamiento de planos y todo, premeditados pero también mucha improvisación, entonces así fue como fui armándolo".
Su manera de hacer este trabajo fue mucho más lejana en realidad, indicó, estaba observando a las personas que estaban viendo a su vez a las propias personas de la comunidad que estaban en la velación, y eso era lo que más le interesaba, "siempre respetando como este espacio personal, que justamente creo que también es algo que cada vez hay menos en esos lugares" expresó, porque había ya un paso de lo turístico a la invasión del espacio.
Lo que más le importaba a él durante las grabaciones, era, sí revisar las conductas de todos, incluyéndose a él mismo que estaba grabando, "pero la final de cuentas eso era lo que yo quería, no está idea de romantizar o de embellecer o de mostrar un spot turístico, la idea era más la reflexión".