Sin certeza legal, destino de objetos decomisados en penales michoacanos
MORELIA, Mich., 9 de agosto de 2017.- Los decomisos de celulares, alcohol y otros objetos prohibidos en las cárceles del estado no tienen un destino claro. La legislación actual no contempla una norma sobre qué debe o no hacerse con lo requisitado en los operativos, quedando en la incertidumbre a dónde han ido a parar todos los celulares y las 75 botellas de alcohol recién desenterradas de los jardines del Mil Cumbres .
Salvo el decomiso de drogas, que deben ser puestas a disposición del Ministerio Público local o federal, según sea la cantidad o tipo, del resto de los objetos se ignoran datos sobre el procedimiento a seguir y su paradero.
En cambio los celulares, dinero y vino, que están prohibidos que los internos manejen por los artículos 77 y 87 de la ley de Ejecución de Sanciones Penales vigente en el estado, pasan a quedar en custodia de la Coordinación del Sistema Penitenciario.
En última reunión con el coordinador José Candelario Jaime Contreras López, se pudo confirmar que las botellas de alcohol y los celulares estaban en la oficina del funcionario, sin embargo pidió no se hicieran fotografías.
"En la primer revisión (al interior del Mil Cumbres) se desenterraron 50 botellas, de alcohol de Martell, tequila Centenario y whiskey. En una segunda revisión dimos con 25 botellas, también enterradas en el jardín... Mire, le voy enseñar por aquí, para que usted me crea (saca el celular y muestra unas fotografías)... Es más, venga. Le voy a enseñar. Pero no puede tomar fotos... Ni con el celular. Vea esto es muy caro. El coñac Martell, aparentemente original..." (sic).
Asimismo, el funcionario tiene en su resguardo alrededor de 500 equipos celulares de toda clase, desde el equipo más elemental, que únicamente sirve para llamadas y mensajes de texto, hasta de los llamados smartphones.
Al ser cuestionado el funcionario sobre el origen de todos los teléfonos que se encuentran en su oficina, dijo que estos habían sido detectados en las revisiones que se llevan en todos los centros penitenciarios durante el último año.
"Son de todos los penales: Lázaro Cárdenas, Zamora, La Piedad... Son alrededor de 500 celulares... Desde que llegué aquí comenzamos con las revisiones..."
El último fin de los equipos telefónicos y las botellas de vino se desconoce, ya que no existe norma alguna que establezca qué debe hacerse con ello. No obstante, de acuerdo con fuentes de expertos en la materia, estos debieron ser puestos a disposición del Ministerio Público y los sospechosos consignados al juez.