Psiquiatra: cambio de horario sí genera efectos secundarios
MORELIA, Mich., 8 de abril de 2019.- Podría parecer que adelantar una hora nuestro reloj, para aprovechar más la luz del sol y ahorrar energía eléctrica, no tiene por qué traer consecuencias negativas para la salud de la población.
Sin embargo, especialistas en salud mental afirman que el horario de verano sí genera efectos secundarios, principalmente en pacientes con trastornos del sueño, depresivos o de ansiedad, que representa el 16 por ciento de la población; aquellas con desgaste físico o con síndrome de burnout, ya que sus síntomas se agudizan.
“Las consecuencias que puede traer son disminución de la productividad y aumento de los síntomas de ansiedad, trastornos del sueño y de las dificultades en el día a día”, dijo el médico Carlos Alberto Bravo Pantoja, subdirector del Hospital Psiquiátrico de Morelia.
El especialista en psiquiatría explicó que el cambio de horario altera el ritmo circadiano, es decir, el ciclo del día y la noche, ya que los seres humanos nos manejamos por periodos del sueño, apetito, descanso y de actividades.
En personas que no padecen algún tipo de trastorno, el cambio de horario puede afectar la productividad laboral o escolar, alterar el sueño o generar estrés por llegar tarde a nuestras actividades, y adaptarse a él podría llevarnos de días a un par de semanas, dependiendo de cada organismo.
“Se liberan hormonas cuando sabemos que es hora de dormir, y si el reloj ya no es el mismo no se va a liberar porque no conoce de cambios de horarios y a la persona le va a costar trabajo adaptarse”, manifestó.
Bravo Pantoja reiteró que ajustar el horario biológico para llegar a tiempo al trabajo o escuela, levantarse temprano, preparar alimentos, comer o tomar medicamentos podría parecer insignificante, pero en personas vulnerables, no.
“Cuando hablamos de trastornos depresivos, de ansiedad o del sueño, estamos hablando de hasta el 16 por ciento de la población, no es un número insignificante”, advirtió.
Por ello, el especialista aconsejó ajustar los horarios de hábitos y costumbres, dormir de manera corrida 12 horas si se trata de personas en edad escolar, u ocho horas si tienen de 12 a 65 años, así como evitar siestas de más de 30 minutos.