Predios irregulares de Morelia, más afectados por escasez de agua
MORELIA, Mich., 19 de marzo de 2024.- De forma recurrente se expresa que la pobreza no está peleada con la limpieza, pero qué pasa si no hay agua o si las circunstancias económicas no nos permiten comprar pipas, esa es la realidad de los habitantes de predios sin escritura de Morelia, y su circunstancia podría alcanzar a más residentes de la ciudad por la disminución de líquido disponible en las presas, pozos y manantiales.
Parte I. La Ciudad.
En la capital michoacana “hay una infinidad de colonias, tenemos mil 100, aproximadamente 950 son regulares y unas 150 que están identificadas en la irregularidad”, declaró Joanna Moreno, secretaria de Desarrollo Urbano y Movilidad de Morelia.
En esas mil 100 colonias habitan aproximadamente 988 mil habitantes, según el último censo de población y vivienda de 2020, colonias con problemas diversos sobre el abastecimiento de agua y almacenamiento, no son únicamente los 150 asentamientos urbanos sin escritura, también las viviendas tradicionales, construidas en la primera mitad del siglo pasado que no cuenta con equipo para almacenar agua.
En Morelia colonias como Infonavit La Colina, la Industrial o la Juárez no contemplaban el almacenamiento de agua cuando se instalaron, por mucho tiempo la población dependía directamente del agua disponible en la tubería y todavía hay hogares que se encuentran en esa condición.
Por ejemplo, la Secretaría del Bien Común y Política Social del Ayuntamiento donó el año pasado 2 mil 500 tinacos a personas que no tenían cómo almacenar agua en sus viviendas, declaró el titular de la dependencia, Adolfo Torres Ramírez.
Aunado a la falta de agua, infraestructura o planeación de la vivienda está el terreno accidentado de algunos puntos de la zona norte y oriente de la ciudad, donde el problema son las pendientes que aunado a la poca agua ocasiona que no llegue.
Parte II. Las fuentes de agua para consumo humano…
La presa de Cointzio
El Organismo Operador de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento (Ooapas), provee el agua que se potabiliza de la presa de Cointzio, en la planta de Santa María, con la que se abastece el 38 por ciento de toda la población, pese a la reducción de los niveles de la presa, del 44 por ciento de su capacidad reportó la Comisión Nacional del Agua el domingo 17 de marzo.
La prioridad este año será llevar el agua a los hogares, pero no han dado a conocer el plan para reducir el impacto negativo que pudiera tener en la producción de granos y hortalizas del valle.
“Morelia se abastece de tres fuentes principales, una que es la presa de Cointzio a través de la planta potabilizadora de Santa María, y a pesar de que está a un nivel muy bajo, la garantía para el consumo humano está garantizado, como para el 38 por ciento de la población, más que para el riego”, Francisco Servín Barriga, subdirector de Distribución de ese organismo.
La segunda fuente de agua para los capitalinos
Para cubrir a la mayor parte de los morelianos y vecinos de la ciudad el Ooapas echa mano de los manantiales, especialmente de la Mintzita, actualmente vigilado con especial atención para evitar que el servicio de pipas particulares ingresen y se roben el agua, como lo hicieron durante años que trabajan de sol a sol.
La Mintzita, San Miguel y las Higueras aportan el 40 por ciento del agua a la ciudad, pero al haber poca precipitación los tres se encuentran por debajo de su capacidad.
La Mintzita, el más grande de todos los manantiales, tiene un porcentaje de 15 por ciento menos que en tiempos regulares.
Y, finalmente, los pozos de agua profunda
La tercera fuente es una batería de 110 pozos de perforación profunda para abastecer a los habitantes, declaró Servín Barriga, cuyo comportamiento es variable, en especial en la zona norte y oriente de la ciudad, que si bien no llegan a secarse si reducen su capacidad.
“Eso de que están agotados los pozos en Morelia no es cierto, pero si bajan entre un 30 y 40 por ciento normalmente, pero no se han reflejado aún”, indicó el subdirector.
El mapa oficial del Organismo que se encuentra en las oficinas de la colonia Jesús Romero Flores deja en claro que sí han reducido los litros por segundo que producen desde el 2015, incluso algunos ya se han secado.
Por ejemplo, los pozos de perforación profunda del sector 5, de los siete que hay, sólo cinco producen agua desde 2017, se han secado los pozos de San José de las Torres y Peña Blanca, esa zona que abarca desde fuentes de Morelia, los pozos pasaron de producir 43.45 litros por segundo a 36.73 litros.
En esta misma condición se encuentran los pozos que abastecen a algunas colonias del poniente y la tenencia Morelos, que pasaron de un promedio anual de 172.84 litros por segundo en 2015 a 169 en 2017, a esta disminución en la producción del agua en las partes profundas es consecuencia de la poca precipitación, pero también de la pérdida de la capacidad en los suelos de retención del agua.
Los pozos que el mapa reporta como secos son el de la Jesús Romero Flores y Rinconada del Valle, en tanto que otros que se habían secado, como el del fraccionamiento Villa Magna, se han recuperado, en el 2017, año de medición, la producción es de 1.78 litros por segundo y el de Lomas de la Maestranza de 6.96.
La recuperación de algunos pozos en su capacidad de producir el vital líquido es un rayo de esperanza para otros que están en el mismo camino.
Así, la baja en los cuerpos de agua, el incremento de la demanda por la temporada, la contaminación del agua en las tuberías, las 300 fugas mensuales y el acoso al servicio de las pipas particulares ponen en riesgo el acceso al agua en la ciudad.
El reto aún mayor es detectar a tiempo un indeterminado número de fugas subterráneas imposibles de detectar, a no ser porque la disminución de la presión en los tubos sea sustancial, pero hay muchas otras que no causan efectos en la presión y que están allí, causando pérdida del agua.
La prioridad es llevar el agua a las viviendas, con el objetivo claro, se tiene proyectado una nueva estrategia para que a todos les llegue el agua, como los cortes temporales de agua, para que la presión garantice que suba el agua las pendientes más pronunciadas y la perforación de nuevos pozos.
El Plan B: las plantas de tratamiento de aguas negras al rescate del campo, parques y jardines del valle de Morelia.
La planta tratadora de Morelia tienen una capacidad de hasta mil litros por segundo, sin embargo, una gran cantidad termina en el río Grande, situación que representa una pérdida de la inversión inicial de las autoridades, ello se debe a que se necesita infraestructura hidráulica para llevarla a los lugares donde se necesita, por ejemplo, a las parcelas o los parques y así suplir el agua dulce extraída de pozos profundos.
La planta de Atapaneo cumple con la norma 3 de la Comisión Nacional del Agua, lo que significa que pueden estar en contacto con las personas y usarse para producir en el campo, de acuerdo con la información proporcionada por Francisco Servín Barriga, subdirector de Distribución de ese organismo.
“Esa planta trata mil litros por segundo y gran parte se está usando para riego. Está en una revisión la posibilidad de tecnificar toda la zona agrícola del valle de Morelia - Queréndaro, ya que el agua tratada cumple con la norma 3 en contacto con el ser humano, es apta para el riego agrícola y jardines”, indicó.
La planta de Atapaneo es la más grande, pero hay otras que también producen y ayudan a reducir la presión a los manantiales.
La planta que se encuentra en el bulevar García de León produce dos litros por segundo, pero es suficiente para llenar hasta 16 cisternas que son destinadas al riego de los parques y jardines de la ciudad.