Positiva, incomodidad que genera lenguaje inclusivo; se lograrán cambios
MORELIA, Mich., 14 de octubre de 2020.- El lenguaje es una herramienta transformadora, coincidieron tres mujeres artistas en una charla realizada en el marco de la Bienal Femsa. Señalaron que el lenguaje inclusivo provoca cierta incomodidad, algo que es positivo para lograr cambios.
Bajo la moderación de la historiadora Rocío Corona, se desarrolló el evento de la Decimo Cuarta Bienal Femsa, Construir una voz con historias. Una charla con y desde mujeres, en el cual participaron Abril Zales, artista, curadora y directora del proyecto La Cresta; Isabel Zapata, escritora y copropietaria de la editorial Antílope; y Mónica Mayer, artista conceptual y multidisciplinaria.
Abril Zales aseveró que el lenguaje es una herramienta que es usada a favor de la causa feminista. No se trata, dijo, de si lo aceptan la RAE o no, sino de ejercerlo desde un lugar que resuene con el trabajo.
Deja de ser una herramienta para convertirse en una trinchera, dijo, y es un espacio de generar y resonar. El lenguaje por supuesto es condicionante, porque se comunica a través de la voz, en el caso de lenguaje verbal, y de ahí vale la pena ejercerlo desde donde cada quién lo enuncie, aseveró.
Por su parte, Isabel Zapata señaló que se suele decir que el lenguaje corresponde a cosas que se mueven y reacciona a los cambios, cuando en realidad el lenguaje es un motor de cambio; primero tiene que cambiar el lenguaje, y a través de los cambios del lenguaje se van moldeando y cambiado las cosas. Las palabras son algo vivo, "algo que va reconfigurándose todo el tiempo, y eso es lo hermoso que tiene; la capacidad de cambio, de ser un empuje, son las cosas más fuertes que tiene lenguaje".
E incomoda, dijo, porque involucra un esfuerzo más, un ajuste más de parte de quien lo emite y eso está bien, porque el hecho de que incomode está bien, la incomodidad es parte de la razón que tiene, habrá que observar esa incomodidad y no huir de ella, externó.
Eso de la incomodidad me ha gustado mucho, manifestó Mónica Mayer, quien dijo que se asumía y se presentaba como una artista feminista; "especialmente antes, porque era como echarle limoncito a una almeja", expresó.
Con toda la situación de cambios en el lenguaje, dijo la artista, se cuenta en el proceso de terminar un libro de reúne textos de hace 40 años, y es interesante porque se empiezan a ver los cambios, todo en masculino, los 'todos' con arroba y de ahí a 'todes'; "a veces me dan ganas de reclamar mi derecho de 'viejita' de no cambiar el lenguaje tantas veces", indicó, y dijo que hacía su esfuerzo por tratar de cambiarlo, porque era importante.
La artista conceptual expresó que llegó a la conclusión que los libros de texto gratuitos "y esas cosas monumentales que hacen que se siga por un solo camino", deberían servir para que desde ahí se cuestione todo como está escrito.