Pistas sobre el deceso de Homero Gómez: $9,000, un vaso, testimonios…
MORELIA, Mich., 2 de febrero de 2020.- Conforme avanzan las investigaciones sobre el fallecimiento del activista Homero Gómez, protector de los bosques de la Mariposa Monarca, cobra fuerza la versión de la muerte accidental.
Testimonios de familiares, así como diversos indicios recolectados y analizados por expertos en criminalística de la Fiscalía General de Michoacán, han sido clave en la carpeta de investigación iniciada tras el hallazgo del cuerpo sin vida, ocurrido el pasado 29 de enero.
Información en poder de Quadratín señala que el día de su desaparición, el 13 de enero, Homero Gómez fue visto por varios testigos conviviendo en los eventos del cierre de la feria en el municipio de Ocampo, donde permaneció hasta poco después de las 21 horas.
Entre esos testigos están el presidente municipal Roberto Arriaga Colín, y la síndico Elizabeth Guzmán Vilchis, según consta en las diligencias ministeriales realizadas.
En un inicio, a su familia no le causó extrañeza que esa noche no llegara a casa, pues en otras ocasiones el activista ya se había ausentado.
Por esa razón, el reporte de su desaparición no fue inmediato, sino que pasaron varias horas más hasta que finalmente decidieron dar aviso a las autoridades, las cuales lanzaron una alerta para iniciar la búsqueda conforme a los protocolos de actuación en estos casos.
Además de la ficha emitida con sus datos por parte de la FGM, se desplegaron diversas brigadas para peinar la zona donde se dio la desaparición, con apoyo inclusive de la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas y voluntarios del los ejidos de la región.
La pesquisa concluyó el pasado 29 de enero, cuando fue localizado el cuerpo de un hombre con las características del defensor de los bosques de la Monarca, y ex administrador del santuario ubicado en el ejido de El Rosario, lo cual más tarde se confirmaría.
El cuerpo flotaba bocabajo, en las revolcadas aguas de una hoya de aproximadamente ocho metros de profundidad, que había sido cavada para almacenar agua pluvial, cerca del sitio donde Homero había sido visto por última vez tras estar departiendo con diferentes personas.
Durante el levantamiento del cadáver, los expertos de la FGE detectaron que Gómez tenía abierto el cierre del pantalón, además de que junto al cuerpo estaba un vaso blanco desechable, indicios que hacen suponer a los investigadores que el activista había caminado en la oscuridad para posiblemente realizar necesidades fisiológicas, cuando perdió el equilibrio y cayó en la excavación.
En la necropsia se detectó que presentaba un golpe en la cabeza, que le produjo traumatismo craneoencefálico, el cual pudo ocasionarse al momento de caer, ya que no presentaba ningún otro tipo de huella de violencia, propia de un homicidio doloso.
Dicha hipótesis se fortaleció con el hecho de que, entre sus prendas de vestir, Gómez conservaba más de 9 mil pesos en efectivo que le fueron entregados a sus familiares, lo que descartó también la teoría de que se hubiese tratado de un asalto.
En sus conclusiones preliminares, la FGM determinó que el activista había fallecido por asfixia mecánica por sumersión, y de que el cuerpo presentaba una descomposición de días coincidentes con el reporte de su desaparición.
“No se observaron lesiones al exterior; presentaba cianosis facial y lechos ungueales en dedos de ambas manos”, refiere el dictamen forense luego de la necropsia que se practicó, a petición de la FGE, en presencia de un representante de la Comisión Estatal de Derechos Humanos.
La carpeta de investigación continúa abierta y se prevé que pronto pueda darse un informe oficialmente concluyente.