Piden que Conagua delimite área del Lago de Pátzcuaro
QUIROGA, Mich., 4 de abril de 2022.- Necesario que la Comisión Nacional del Agua (Conagua) inspeccione y delimite la zona federal de las propiedades social y privada en torno al Lago de Pátzcuaro, pues de otra forma, continuará la apropiación ilegal de “tierras que van quedando liberadas” por la desecación del cuerpo de agua, estimó el regidor Leopoldo Villicaña Pérez, miembro de la Comisión de Planeación y Desarrollo Sustentable.
Por su parte, Arturo Gándara Melgosa, director municipal de Medio Ambiente, sostiene un diagnóstico crítico del “deterioro” del emblemático lago, y la convicción de que solo con “educación y sensibilización ambiental” se podrá acompañar el paquete de acciones necesarias para revertir esa condición degradada, como una intensa reforestación, tanto de zonas bajas como de montaña, que eventualmente constituyan un “cinturón ecológico que detenga el azolve”.
En entrevista conjunta, Gándara Melgosa reconoce que “el régimen de la tierra” es uno de los mayores problemas, pues de las nuevas áreas secas, tanto personas como comunidades “se van haciendo como sus propietarios”, por lo que se necesita de un gran acuerdo social en toda la ribera, dice el titular de una dependencia municipal con apenas dos meses de vida.
Para el regidor Villicaña Pérez, la verdad es que “el tema ambiental nunca interesó a los gobiernos anteriores”, como podría apreciarse en la infraestructura y acciones de saneamiento de las aguas residuales del municipio.
Y es que, mientras que en las comunidades se han habilitado humedales que filtran buena parte de sus aguas negras, en la cabecera municipal solo funciona, a menos del 50 por ciento de su capacidad, la vieja planta tratadora habilitada para sanear 20 litros por segundo –convertida en depósito de chatarra-, mientras que la nueva planta, con capacidad de 50 litros por segundo, con la que se sanearía el 100 por ciento del residuo líquido, inexplicablemente no entra en operación, a pesar que se ha informado que está terminada en su totalidad.
El propio velador de la segunda planta, Moisés García Ortiz, no entiende que se gaste tanto recurso para solo tener en desuso esa infraestructura.
El regidor Villicaña Pérez duda que la nueva planta esté pronto en operación, ya que ni en reuniones de planeación ni en el Presupuesto de Egresos “se mencionó nada sobre el tratamiento de aguas residuales”, por lo que, estima, de iniciar operaciones será hasta el segundo o tercer año del presente gobierno municipal.
Las comunidades de la demarcación municipal tratan su agua con diferente interés, como San Andrés Tziróndaro que tiene dos humedales, pero solo uno funciona, o San Jerónimo Purenchécuaro, que cuenta con tres, siendo ejemplo en el interés comunitario para sanear el total de sus aguas, antes de ser arrojadas al lago.
Por otro lado, y aunque no parece ser un problema mayor a nivel municipal, tanto el director ambiental como el regidor, reconocen que hay cambios de uso de suelo para instalación de huertas, sobre todo en las comunidades de Sanambo e Icuacato, y en menor medida en las partes bajas.
“Sí hay cambio de uso de suelo para algunas huertas de aguacate” y para actividades tradicionales de agricultura y ganadería, dice Gándara Melgosa, mientras que el representante popular reconoce que “mucha gente está sembrando aguacate”, pero que están a tiempo de sujetar estos cultivos a la ley.
En definitiva, insiste Villicaña Pérez, el Ayuntamiento debe solicitar ya, con las formalidades del caso, la intervención de Conagua para delimitar toda la ribera, en concertación con los cuatro municipios y las más de 30 comunidades que la conforman.
La verdad es que, a siete meses de asumir el cargo, las actuales autoridades municipales ribereñas no dan señales de querer trabajar unidos para este recate, o al menos no hay propuestas claras de coordinación, como sí suelen fluir con singular alegría en meses previos de campañas electorales.