Operan más de 10 mil giros rojos en 12 municipios de Michoacán
MORELIA, Mich., 15 de febrero del 2017.- En 12 municipios de Michoacán operan más de 10 mil establecimientos con permiso de venta de alcohol para llevar, y giros rojos: bares, tiendas, abarrotes y depósitos con bebidas embriagantes, y no hay una ley que establezca cuántos comercios con venta de alcohol debe de haber por cada cierto número de habitantes.
Ni las leyes locales, de los municipios, que pueden ser muy puntuales, señalan en dónde sí se puede vender y dónde no, o el número de tiendas que debe haber por calle. Hay otras que solo se limitan a precisar quién es la autoridad competente para expedir los permisos para el establecimiento de los comercios.
Así, entre Morelia, Zitácuaro, San Lucas, Tiquicheo, Cotija, Tangancícuaro, Aguililla, Salvador Escalante, Lázaro Cárdenas, Nocupétaro, Jacona y Tancítaro se encuentran vigentes 998 licencias para bares y 10 mil 247 para comercios con permiso para venta de alcohol.
Y es que las licencias se dan, aparentemente, de manera indiscriminada, y van desde la tradicional tiendita de la esquina que vende abarrotes, hasta los bares, micheladas y depósitos. Tambiénse ven títulos como “dulcería, churros y venta de cerveza para llevar” o “venta de fertilizantes, forrajes y venta de alcohol”, como ocurre con Tangancícuaro, según consta en documento público de la página oficial de este ayuntamiento.
La realidad es que estos establecimientos, dentro de los municipios, pocas visitas reciben de las autoridades que se encargan de regular su venta, específicamente para que se aseguren de que cierren a la hora que dice el reglamento, o que no se venda a menores de edad. Ello ocurre ya sea por la lejanía de las sedes de las dependencias o por la propia dinámica de relaciones en las comunidades, donde todos se conocen.
Esta situación responde al hecho de que menores de edad caigan en la adicción al alcohol, lo que se pudo constatar, por citar un ejemplo, en una agresión a un bar en Apatzingán, en diciembre de 2016, en el que murieron cinco menores de edad y que no ha quedado claro qué hacían en ese lugar.
A este caso habría que añadirle la relación que hay entre el alcoholismo con la adicción a las drogas y la comisión de delitos, vínculo que han estudiado expertos en sociología en cárceles de la Ciudad de México y el Estado de México, que revelaron que el 32.1 por ciento de los internos habían bebido o consumido drogas horas antes de cometer un delito.
Hoy en día en Michoacán el problema de alcoholismo no tiene cifras oficiales, sin embargo, sí se sabe que en entre el 8 y 10 por ciento de los accidentes estuvo implicado el consumo de bebidas embriagantes, y otro 10 por ciento van a parar a Barandilla, de acuerdo a cifras oficiales.