Obtener el pasaporte mexicano, como bailar una polka con vueltas y pagos
MORELIA, Mich., 16 de julio de 2024.- El acceso al legítimo derecho de tener un pasaporte en Morelia es como bailar una polka: agitado. Es un baile lleno de giros y con tanto movimiento, es necesario una buena condición para correr de aquí allá, entre filas para pagos, copias y, especialmente, seguir las elaboradas y complicadas instrucciones.
La pandemia por Covid 19 aparentemente "modernizó" a la Secretaría de Relaciones Exteriores, al menos eso se piensa.
Ya no es necesario ir a hacer fila en el edificio, esperar un turno, todo se puede hacer en línea, por WhatsApp o llamada telefónica, pero es justamente ahí donde radica el problema, porque ya no da abasto la dependencia federal y sólo obtener una cita puede ser un martirio, especialmente para los que no dominan el uso de las tecnologías.
El truco es estar al pendiente los días previos a la quincena, dos o tres días antes de cada quincena se libera la agenda de las siguientes dos semanas. Por ejemplo, si ingresa por WhatsApp los días 10 al 13 puede encontrar cita para la segunda mitad del mes en curso.
Para el trámite, en caso de ser necesario acudir a las oficinas centrales, hay que escoger la opción 1, que dice Michoacán, así es, en lugar de poner la opción más sencilla, que sería oficinas Morelia, la Delegación se identifica por Michoacán.
Si se consiguió la cita, la primera parte ha concluido exitosamente; pero falta el papeleo, impresiones y pagos.
Según el trámite, será necesario CURP, acta de nacimiento, identificación oficial, el pasaporte (si es renovación), el pago del banco; si es menor de edad se deben presentar a los padres o permiso OP7, pero no siempre es esto suficiente, en caso de ser trámite por primera vez hasta la cédula profesional del médico que lo atiende.
El día llegó...
Se podría pensar que todo acabó, al menos la espera... pero la travesía apenas comienza.
"En orden por favor... los mayores de 60 años en esta fila, los que tengan cita de 9 a 10 aquí, sin acompañantes; los menores sólo con un papá", se escucha la voz de las mujeres que atienden en el primer acceso.
Revisan puntualmente, una tras otra vez la documentación y entonces a correr, porque en 15 minutos de tolerancia hay que sacar todas las copias posibles y faltantes.
En esta polka hay mucho baile al ciudadano, porque una copia o una impresión puede tener un precio 10 veces más caro que de forma ordinaria.
Por ejemplo, en el Centro Histórico en un negocio de fotocopias te cuesta entre .50 centavos a un peso, mientras que en los changarros que están a un costado de la Secretaría de Relaciones Exteriores las copias tienen un costo de 10 pesos y las actas de nacimiento pasan de costar en promedio 140 a 300 pesos.
Pero al ser necesarias las copias, hay que pagar el costo, porque en la página oficial de la Secretaría de Relaciones Exteriores no dice cuántas copias hay que sacar y de qué documentos, entonces se llega en blanco. Con las copias básicas, CURP y acta de nacimiento, ¡que para todo se ocupa y siempre se tienen en casa!
Pero hay quienes simplemente parecen no correr con esa suerte.
Entre la multitud de personas que se aglomeran en el acceso principal, esperando pasar a la siguiente garita, por así decirlo, hay otros con menos suerte, como la de un vecino de Tepalcatepec que este martes acudió otra vez con la esperanza de concluir el trámite.
"Me están pidiendo un documento que no me pidieron al principio, vengo y me piden otro documento, pero no me resuelven. Yo vengo de Tepalcatepec, está lejos, no se me hace justo, ya me hicieron ir por la fe de bautizo hasta Aguililla", cuestionó al hombre que entrega turnos para pasar a tomarse la foto.
Desafortunadamente su trámite seguirá en espera, tendrá que volver a su pueblo, seis horas a más de viaje. Otro día laboral perdido, porque sí, ¡le hicieron falta copias y se le pasó el turno!.
El paso siguiente es otra revisión de documentos, que este todo en orden. Que lleven cada copia y, en el caso de menores, responder un sencillo, pero repetitivo, interrogatorio.
"¿Cómo te llamas?, ¿cómo se llama tu papá?, ¿cómo se llama tu mamá?, ¿cuántos años tienes?, ¿por qué quieren tramitar tu pasaporte sabes?", a la par que se le pone el pasaporte vencido o identificación con fotografía a un costado.
Se tiene que verificar sin lugar a dudas la identidad de cada menor de edad.
Al pasar este filtro hay que salir de las oficinas, de nuevo al estacionamiento junto a decenas de personas que hacen fila, que esperan escuchar su nombre, que salga en la pantalla su turno para la foto y sobretodo que no salgan a avisar que algo salió mal en la segunda revisión, ¡sí, puede pasar!
A veces, al personal se le pasa algún detalle y el trámite no proceder.
En el supuesto que todo está en regla, una hora después de la toma de la fotografía hay que volver hacer fila y pasar a la sala donde un hombre estoico detrás de un vinil transparente grita con voz grave: ¡fulanito de tal!, momento que concluye con la rúbrica del documento.
Y así, con la modernización, se pasó de una hora en el trámite antes de la pandemia a poco más de tres horas en las oficinas centrales y hasta seis semanas en espera del documento si el trámite se efectuó en las Oficinas de Enlace Municipal, donde además hay que pagar un impuesto local de alrededor de 450 pesos y correr el riesgo de que el documento se pierda en el traslado.