Niños peregrinos, la mirada de inocencia y fe en las fiestas guadalupanas
MORELIA, Mich, 12 de diciembre de 2019.- El fervor guadalupano que llegó este jueves a su máximo esplendor en la capital michoacana deja de manifiesto como cada año la fidelidad de los ciudadanos a la Virgen de Guadalupe.
Esto no es privativo de los adultos, ya que muchos infantes, ya sea por voluntad o por determinación de los padres, llegan a la zona que es punto de reunión para los fieles católicos.
Por las calles aledañas al santuario guadalupano se ven desde bebés hasta niños de distintas edades llevando prendas alusivas a la festividad guadalupana.
Bebés en brazos, con bigotes pintados, sombrerito, pantalón y camisa de manta son de los objetos portados por los infantes; esto se complementa con los huaraches y zarape.
En el caso de las niñas, los padres optan por ponerles vestidos entre blancos y coloridos, con blusas también blancas y trenzas, ya sea naturales o de estambre, dependiendo la extensión de su cabello.
Ambos, de manera opcional, llevan objetos en los que cargan réplicas de trastesitos, jarras, platos, ollas, jarrones y otros utensilios de la cocina mexicana.
Todo hecho a medida y cautivando a las personas que se encontraban por los alrededores, ya que las prendas de manta llamaban la atención de quienes acudían a la peregrinación y misas para la virgen de Guadalupe.
Aunque por su corta edad algunos no sabían la causa de caminar y llevar estas prendas tradicionales, acompañaban a los adultos en la caminata rumbo al altar guadalupano.
En su andar suena el golpeteo barro con el que se elaboran las figuras, así como los huaraches y sobre todo la música de viento y banda que a lo largo de la calzada Fray Antonio de San Miguel suenan con cánticos alusivos a la Guadalupana.
Así, los infantes son protagonistas que no pasan inadvertidos y son los que llevan el lado inocente a estas movilizaciones de fe con muchos fines en sus mandas.
"Vine a visitar a la Virgen y a estar con la familia, me acompañan mis dos hijos y mi esposa paea festejar a la Virgen y agradecer por todo lo que nos ha dado, se disfrura en familia de estos momentos de tradición", opinó el señor Jesús Araujo quien lleva cada año a sus hijos con vestimenta tradicional de las fiesta guadalupanas.
"Solo acudo a misa, vengo cada año y pido por mi familia y la paz en el mundo; en alguna ocasión hicimos una manda para una primita que se cayó y era para que estuviera todo bien y sí se recuperó", comentó la menor llamada Adriana.
"Hace muchos años tuve un enfermo en mi familia y ofrecí una manda porque estuvo en coma muchos meses y eso me motivó a hacerlo, me falta un año de ocho que prometí pero pienso seguir viniendo", comentó la joven Lizbeth Pineda.