Mujeres, íconos en la nota roja, riesgosa y de las más vendidas
MORELIA, Mich., 8 de marzo del 2017.– El periodismo policial es una de las fuentes informativas más vendidas de Michoacán y también la que más riesgos implica para los reporteros, sin embargo, en la entidad han incursionado mujeres que se han vuelto un ícono de la nota roja.
En una fuente donde casi históricamente, ha sido monopolizada por el sexo masculino, por la violencia explícita, sin embargo, en Michoacán tres mujeres periodistas, locales, se hicieron de un nombre y por años han sido símbolos de la policiaca en Michoacán.
Hablo de Sandra Sáenz, Magdalena Guzmán y Liliana Ramírez, las tres periodistas contemporáneas con décadas de experiencia en medios impresos, electrónicos y en la televisión.
Pero el ingreso al periodismo policial no fue sencillo, empero califican la experiencia como algo gratificante, con todos los contratiempos de golpes, peligro que representa y muertes que han tenido que ver, o al menos en eso coinciden las tres comunicadoras.
Sandra Sáenz, quien fuera comunicadora de Quasar TV, dijo no arrepentirse de haber puesto en peligro su vida al presenciar enfrentamientos “si volviera a nacer elegiría ser reportera”.
Este trabajo no es sencillo, hay que recordar el caso de María Esther Aguilar Cansimbe, reportera desaparecida desde noviembre del 2009 y quien se presume fue víctima de presión por parte de organizaciones delictivas.
Aunado a las experiencias peligrosas y violentas del trabajo reporteril, se necesita fortaleza para poder apropiarse y afianzarse en el competitivo mundo de las comunicaciones, hacerse de un nombre y del respeto de los hombres reporteros, policías y de todos los contactos que sean posibles.
Para Magadalena Guzmán, ex periodista del diario El Sol de Morelia, en su carrera el impulso de sus jefes de información y directores fue concluyente, porque le enseñaron, guiaron y en ellos encontró el apoyo que necesitaba.
Entre los sacrificios de quienes se dedican a cubrir los eventos policiales está el tiempo en familia y con sus propios hijos, o como le paso a Sandra Sáenz, que no dejó de trabajar hasta el día en que nació su hijo.
Relató “Hubo una movilización en Ciudad Universitaria, un problema con los estudiantes… no recuerdo exactamente que era. Yo estaba por parir, pero me resistía a dejar de ir a trabajar, no obstante de que mi jefe me pedía que me fuera a descansar. Terminé la cobertura, fui al otro día a revisión con el doctor y unas horas después nació mi bebe…”
Magdalena Guzmán reconoce también, que por la exigencia de la fuente ha sacrificado a su familia, pero que ha valido la pena. Hay que decir que al igual que los hijos de Sandra Sáenz su trabajo ha sido y es motivo de inspiración y orgullo.
Con el paso de los años, las formas han ido cambiando y también la labor reporteril, especialmente en esta fuente, donde el Nuevo Sistema de Justicia Penal ató de manos a muchos de los que gozaban con estar aún mas cerca de los hechos que comunicaban.
Esto lo interpreta Liliana Ramírez como una necesidad de las autoridades de realizar comunicados oficiales y no los deja llevar a cabo su trabajo de campo como hace años lo hacían.
En cambio, Magdalena Guzmán ve en las audiencias orales como una ventaja, toda vez que antes no se les permitía el ingreso a los medios "hace años, el ahora magistrado, Marco Antonio Magaña solía orientarme con los conceptos legales que no entendía. Hoy en día se puede conocer el caso de manera directa en las audiencias".
Las tres reporteras han cubierto la nota roja desde los noventas, época en la que han tenido que ver desastres naturales, informar de homicidios múltiples y casos que trastocaron la sociedad michoacana, hechos para los que hay que tener estómago y fuerza de ver el dolor ajeno.