Muerte por exorcismo, causa no admitida en leyes mexicanas
MORELIA, Mich., 16 de febrero de 2018.- Dentro de la Iglesia Católica únicamente los obispos, o aquellos sacerdotes con licencia de un obispo, pueden determinar si hay o no posesión demoníaca y realizar los exorcismos.
Así lo declaró para Agencia Quadratín el arzobispo de Morelia, Carlos Garfias Merlos, al ser cuestionado sobre lo que debe conocer un cristiano católico que sospeche sobre una posesión demoniaca.
Explicó desde su llegada a la mitra de Morelia “no se ha reportado casos de posesión demoníaca, sin embargo, si se me informó a mi llegada que hace un tiempo hubo un caso que se estuvo dando tratamiento”.
El exorcismo, la Iglesia lo define como el acto de expulsar demonios o espíritus malignos fuera de las personas, sitios u objetos que son supuestamente poseídos o plagados por ellos.
Este presunto padecimiento no se encuentra admitido por el estado como una causal de muerte, por lo que no se encuentra presente en las leyes locales, nacionales o extranjeras. Específicamente porque las personas no mueren por la presencia de un demonio, sino por los procedimientos implementados que derivan en paros cardiacos, muerte cerebral o contusiones, tal como recientemente se registró en Apatzingán.
Por ello, no existen registros estadísticos en la representación social de muerte a causa de posesión demoníaca ni leyes que lo sancionen, además de que se vive en un país laico, que de reconocer el exorcismo se precisaría también admitir las abducciones de extraterrestres.
Se presume que un menor de nueve años fue llevado con un yerbero para que lo liberara de una posesión demoniaca, cuyo síntoma principal era dolor abdominal, sin embargo, durante la supuesta expulsión del espíritu, el niño murió a causa de daños en las cervicales.
En torno a este caso, la Iglesia Católica no ha dado un posicionamiento, especialmente porque el presunto exorcista no es reconocido por la institución. En Morelia, solos dos padres están delegados para cumplir con este ministerio espiritual: el padre Guadalupe Franco, rector en la Catedral Metropolitano, y el padre Miguel Contreras, del templo de la Cruz.