Morelia, llena de historias que se han olvidado
21 de mayo de 2017
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10:17
Luis Felipe Reynoso/Quadratín I de II
MORELIA, Mich., 19 de mayo de 2017.- Hay en Morelia espacios, lugares, rincones que con el paso del tiempo y el trajín de la vida actual, vamos dejando de usar, e incluso los desconocemos. A continuación, solo algunos de ellos en esta primera entrega:
El Panteón Municipal es verdaderamente poseedor distintas historias relacionadas íntimamente con la ciudad. En su parte central se encuentra la Rotonda de los Hombres Ilustres, que alberga los restos de revolucionarios, escritores, poetas, gobernadores y en general personajes del estado.
Además de contener alrededor de siete momias reportadas recientemente al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) el Panteón Municipal es poseedor de figuras escultóricas entre sus tumbas, algunas de ellas pertenecientes al escultor italiano Alfonso Ponzanelli.
La cruz de los fusilados o Condenados fue realizada por tlaxcaltecas en el siglo 16 como símbolo de la primera misa católica realizada en Morelia. Hay quienes dicen que se encontró por muchos años en donde ahora es el Colegio Plantarte, otros dicen que permaneció por años en el Panteón Municipal, lo que sí es que actualmente puede encontrarse a un con templo de San Diego.
Se encuentra en un jardín de poca extensión entre las calles de Tata Vasco y Fray Antonio de Lisboa. Se dice que su nombre actual le fue dado porque en tiempo de la Revolución Mexicana, a sus pies se fusilaban a los revolucionarios.
El actual Instituto Antonio de Mendoza, conocido como el Salesiano, es el lugar donde estuvieron, en 1937, las instalaciones del Colegio Industrial España-México, y no en las inmediaciones del Panteón Municipal, como muchas personas piensan.
Ese lugar fue preparado para la llegada de 456 niños de origen español que huían de su país escapando de la Guerra Civil. El gobierno del entonces presidente de la República, Lázaro Cárdenas del Río, abrió las puertas para refugiar a cientos de niños de padres republicanos.
Un espacio que no tiene tanto tiempo de haber funcionado, pero que ahora está abandonado, es la fuente que alguna administración municipal colocó a ras de suelo a un costado de la Catedral Metropolitana de Morelia, donde unos chorros danzarines refrescaban a los paseantes. Hoy, sin consideración de las autoridades municipales, se encuentra tapada de manera precaria y poco estética, ahora que buena falta haría un chapuzón.