Miles de peregrinos vuelcan su fe hacia la Virgen de Guadalupe
MORELIA, Mich., 12 de diciembre de 2022.- Milagros y devoción son dos elementos que se cruzan con la esperanza en la calzada de la fe. Es el peregrinar que año con año realizan cientos de devotos de la Virgen de Guadalupe en su día. Ya han pedido su milagro, se les concedió, y ahora vienen a pagar su manda.
A lo largo de lo que podría considerarse la calzada moreliana de los misterios, la Fray Antonio de San Miguel, miles de personas han desfilado por lo general de rodillas, la mayoría acompañada de sus familiares, quienes les van colocando cobijas para evitar lastimarse.
Sí, de más, porque la manda debe doler, pero no matar; es un sacrificio hecho a la Virgen Morena por haber concedido el milagro esperado. Es también toda la fe puesta en un día que paraliza a México.
Al terminar la calzada, a pocos metros del Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, hay un letrero que recibe a los peregrinos, les da la bienvenida con la imagen de la Virgen Morena y da una muy breve explicación de la celebración; señala que la aparición de la madre de México se dio el 12 de diciembre de 1531 en el cerro del Tepeyac, en el norte de la CDMX.
Historias de fe
Una mujer que va de rodillas por la calzada, viene cansada y sabiendo que casi terminará su manda. Ella quiere llegar para agradecer que su esposo que fue a Estados Unidos, cruzó por el desierto y no tuvo ningún problema; "me consintió", señala en referencia a la Virgen, y dice que ella le dio fuerza y valor a su marido, lo bendijo.
Un niño, Carlos Mateo, cuenta emocionado que se encuentra en la calzada para ver a la Virgen Morena, lleva una imagen de ella que es de la peregrinación de su papá. "Estoy muy emocionado, estoy muy feliz", expresa sonriendo.
Su papá, Carlos René, cuenta a Quadratín que es un peregrino guadalupano que viaja desde Morelia a Ciudad de México cada año, y ya cumple 25 años haciéndolo. "Es una cosa muy hermosa y quiero que mis hijos sigan la tradición cuando ya yo no pueda, que ellos sigan viniendo", asevera.
Señala que son ocho días de viaje en el peregrinar, del 4 al 12 de octubre. Cada grupo tiene dónde dormir en ese trayecto. "Es muy bonito porque en el camino la gente te va dando de comer, te va dando agua, gente muy humilde que la verdad no tiene y aun así te da de comer, es una experiencia muy bonita para el que nunca ha ido", manifiesta el peregrino.