Maestros: disfrutamos que los alumnos tengan éxito y nos recuerden
MORELIA, Mich., 15 de mayo de 2018.- Hoy en día el papel del profesor se ha visto envuelto en una serie de señalamientos debido a los aspectos que se relacionan con las movilizaciones y las protestas de aquellos que están en la docencia y de quienes aún estudian en los planteles normalistas.
Contrarrestar estas cuestiones no es fácil, y hay un sector de la población que se esmera por mantener la buena imagen del docente; son los de las generaciones de la verdadera vocación, como se hacen llamar algunos.
Un grupo importante de ellos se dio cita este martes en la celebración del Día del Maestro y se hicieron acreedores a un reconocimiento por décadas de servicio magisterial, y quienes refirieron a Quadratín qué los motivó a elegir la docencia como su estilo de vida.
Gonzalo Soto Vargas, profesor de Lázaro Cárdenas con 34 años de servicio señaló que el gusto por ser maestro se lo despertaron profesores que eran entregados a la enseñanza, se esmeraban, preparaban sus clases y se empeñaban porque las carencias no fueran impedimento para su labor.
“Uno desde niño admira a sus maestros por sus buenos ejemplos, buenos modales, y el cariño que muchas veces no encontramos en el hogar y lo encontremos con ellos, y eso me dio pie a elegir ser maestro; recuerdo a mi maestra Tomasa, del municipio de Paracho, quien me enseñó mucho”, expresó.
“Me incliné por la docencia porque desde chico me gustó el trabajo que hacen las futuras generaciones para una mejor sociedad, y porque así como hay buenos maestros los hay malos y tuve unos que recuerdo bien el trato que me dieron y me dio la luz para entrar a la docencia y dar cariño a los niños”, comentó Jesús Baltazar Madrigal, del plantel indígena Ricardo Flores Magón, en la Cañada de los Once Pueblos.
“Son cuestiones de que te gusta la docencia, se te da la oportunidad de ingresar al sistema y sin querer te das cuenta que ya pasaron 30 años de servicio; es importante el saber despertar el interés por la enseñanza y su superación”, declaró el maestro Javier Mendoza.
“Cuando yo fui chica me gustó la docencia, ver cómo los maestros trataban a sus alumnos y yo en mi pueblo me enfoqué a los estudios normalistas y ahí inicié mi camino en la docencia”, consideró la maestra Sonia Chávez, de quien sus hijos también han seguido los pasos del campo magisterial.
Lo más disfrutable
Sobre lo que más disfrutan de esta profesión coinciden en que es gratificante el lograr el reconocimiento de los alumnos, y que en un futuro aún los recuerden, y más aún, cuando estos se convierten en profesionistas exitosos.
“Lo que más disfruto es darle a mis alumnos lo que está de mí, cariño, reconocimientos, aprendizajes, juegos y apapachos, que es lo que más se requiere en esta labor; los objetivos principales de un maestro es llevar el conocimiento a todos los rincones para que no se queden sin aprender”, comentó el maestro Gonzalo Soto.
“Me da gusto ver cuando mis alumnos me saludan con respeto, disfruto el ver triunfar a mis alumnos, que siguen estudiando, y disfruto compartir sus logros y ver que son profesionistas exitosos”, indicó el docente Jesús Baltazar.
“Es algo padrísimo que niños a los que les diste clase ahora son profesionistas y gente exitosa, eso es lo más bonito, saber que te dan las gracias, es lo más gratificante”, expuso Javier Mendoza.
“Yo disfrutaba convivir con mis alumnos, verlos crecer, superarse; uno agradece mucho que los papás sí nos tengan presente y no nos olviden y que nos vean con cariño y agradecimiento y no haya más que buenos deseos”, señaló la maestra Sonia Chávez.