La frase que incrimina al edil de Álvaro Obregón
MORELIA, Mich., 7 de agosto de 2016.- "Ya saben lo que tienen que hacer, ¡mátenlos!"; esta frase se escuchó decenas de veces en la Sala 4 de Oralidad, de las que se ubican en las inmediaciones del Tutelar de Menores, en la antigua carretera a Pátzcuaro.
Este espacio, reducido en lugares, albergó la segunda parte de la audiencia para los cinco involucrados en el asesinato y posterior calcinación de 10 personas que se localizaron en una comunidad de Cuitzeo.
Tres policías, el subdirector de Seguridad Pública del municipio de Álvaro Obregón y el alcalde de esta demarcación fueron, de nueva cuenta, centro de polémica en esta audiencia inicial en la que se definió su situación jurídica.
Desde antes de las 8 horas, la fila de registro para ingresar a la sala ya tenía a un grupo considerable, entre familiares, conocidos y equipos de abogados para cada uno de los imputados.
La mayoría quería ingresar, nadie quería quedar fuera, pero la advertencia de los elementos de seguridad era constante; no todos entrarían debido al espacio reducido de la sala, y solo se les permitió estar en la zona de ingreso para resguardarse de la lluvia que pertinazmente se registraba.
De igual manera, los representantes de los medios de comunicación cumplieron el debido registro y entrega de equipos celulares para no obtener imagen ni audio de la sesión, pues así lo establece la norma de ingreso.
Una vez sorteado el filtro, inició la audiencia, puntualmente, a las 9 horas; Juan Salvador Alonso Mejía, juez de control de la causa penal 381/2016 Región Morelia, subió a su lugar para encabezar dicha audiencia.
Posteriormente se presentó uno a uno a los imputados en el homicidio, así como a sus defensas; tras un receso de 20 minutos a escasos 16 de haber iniciado, se dio paso a la presentación de 10 víctimas indirectas que en esta ocasión optaron por asistir.
Estas personas, cuyos nombres se dieron a conocer, pero pidieron que se mantuvieran en reserva, fueron respaldados por la abogada Lorena Bedolla, miembro de la Comisión Estatal de Atención a Víctimas.
Para entonces la audiencia acumulaba cerca de dos horas; tiempo en el cual la defensa del alcalde de Álvaro Obregón pidió se incluyera en la carpeta de investigación el amparo interpuesto por presuntamente violentar los derechos humanos al mantener incomunicado al funcionario, pero le fue negado tras un debate con la Fiscalía.
Subdirector de Seguridad decide declarar
A diferencia de la primera audiencia, en esta ocasión el subdirector de Seguridad Pública de Álvaro Obregón decidió declarar libremente.
En este apartado, refirió que tras 24 horas de haber sido "privado de su libertad" en la Procuraduría, el domingo 31 de julio hicieron que llamara a su esposa para informarle que estaba en la Procuraduría.
Posteriormente, dijo, lo sacaron de las oficinas, "esposado de pies y manos", y que después de darle unas vueltas a bordo de una camioneta, lo regresaron a la Procuraduría y le notificaron que estaba detenido.
Finalmente declaró que le asignaron un abogado de apellido Villanueva, en todo momento refiriendo que estuvo incomunicado. Fue este argumento el que la Fiscalía tomó en cuenta para interrogarlo y refutar que sí tuvo contacto con su esposa y posteriormente con un abogado, no era razonable decir que estaba incomunicado; ante los cuestionamientos de los fiscales el imputado optó por ya no contestar.
Desglose de argumentos
Tras este momento, a tres horas de la audiencia, los representantes de la Fiscalía comenzaron con la exposición de argumentos; este proceso fue el que más horas requirió de la audiencia, pues implicaba detallar cada uno de los más de 20 testimonios de personas que presenciaron lo ocurrido la noche del 29 de julio pasado.
Los testimonios evocaron lo ocurrido; muchos se centraban en lo que hizo el edil, quien iba en una camioneta negra, que al ver a los detenidos les ordenó a los uniformados llevárselos.
Una vez en un predio, tras haberse llevado a los 10 hoy occisos de una tienda en la que se encontraban llamada Los Arcos, cerca de unas vías del tren, el munícipe les dijo: "Ya saben lo que tienen que hacer, ¡mátenlos!".
Esta frase imperativa se leyó una y otra vez durante la lectura de los testimonios, tras la réplica de la defensa y contrarréplica de la Fiscalía.
Su mención era cada vez más enfática, pues representaba la orden que acabaría con la vida de los 10 hombres retenidos, entre ellos, un menor de edad.
Al ser ya las 17:40 horas, parecía que la audiencia terminaría, pero el juez que encabezó la misma, indicó que iniciaría con las conclusiones para posteriormente emitir el veredicto.
Fue aquí que pese a rostros cansados, adultos mayores casi vencidos por el sueño de permanecer de pie gran parte de la audiencia, sumado a la falta habitual de alimento, y factores como desgaste y falta de descanso, hacían casi 'eterna' la espera del fin.
Para este momento ya se definía que había indicios para determinar que se había cometido homicidio calificado.
Durante más de tres horas, el juez replicó algunos testimonios cuyas declaraciones habían sido contundentes para el veredicto: "Ya saben lo que tienen que hacer, ¡mátenlos!", cimbraban la sala, a la par de "el que hable se muere, y sabe que lo cumplo"; estas frases fueron las que, respaldadas por otros argumentos, concluyeron con la vinculación a proceso de los cinco imputados.