La camada que movilizó al OOAPAS, bomberos y policías…
MORELIA, Mich., 2 de abril de 2018.- Eran las 16:30 horas de este lunes cuando en redes sociales se conoció la noticia, una perrita y su camada estaban atrapadas en un registro de agua en el bosque Lázaro Cárdenas, al Sur de Morelia.
De inmediato, la información se hizo viral y rápidamente, trabajadores del Organismo Operador de Agua Potable y Saneamiento se dispusieron a llegar a este parque donde ya se encontraba un animalista, identificado como Mauricio, listo para apoyar las labores.
Minutos después en la entrada del bosque nombrado en honor del Tata Lázaro, se disponían a subir la cuesta personal del OOAPAS, policías y bomberos, que, con marro en el hombro y sogas amarradas al cuerpo se dispusieron llegar hasta los límites de dicho centro recreativo.
Entre rocas, maleza y árboles, los rescatistas no decaían en el ánimo, ya que la misión era más importante que el cansancio.
Al fin, luego de 15 minutos cuesta arriba, entre los árboles y caminos empedrados se encontraba una vieja instalación para surtir de agua a los lugareños, un asador improvisado ya oxidado demostraba que tiempo atrás se realizaron labores en el lugar.
Ahí, cuando la orden ya era clara, demoler si era necesario la estructura, todo con tal de salvar a la madre con sus cachorros…
Pero al sentir la presencia de los 15 hombres, que querían rescatarla, el instinto materno del canino salió a la luz, con fuerzas sobrenaturales, la perrita pudo hacerse paso por la estructura y volvió a ver la luz clara del día.
En ese momento la perra ladró y los perros salieron uno por uno, siguiendo el rastro de la mamá y se alejaron del bullicio de las personas que solo buscaban que ellos estuvieran bien.
Entre impotencia por no haber podido ayudar y la sonrisa de que los cachorros ya no corrían peligro, los trabajadores, policías y bomberos revisaron que efectivamente ningún can se quedara atrás, fue entonces cuando cerraron los accesos para que el incidente no volviera a ocurrir.
Tras cerrarse la última puerta, Mauricio dejó comida y agua, por si la familia regresaba a esa guarida pudiera nutrirse, con la esperanza de que los canes puedan regresar en algún momento, sean rescatados y puedan encontrar una familia humana que vele por ellos.
Cuesta abajo, los participantes en el intento de rescate, reían y bromeaban, mientras una persona mayor les abría la puerta para abandonar el recinto ya que eran las 18:30 y había pasado media hora desde que los candados se pusieron.