Inocencia, risas y juegos reinan en filas para vacunación de menores
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MORELIA, Mich., 14 de septiembre de 2022.- Todavía no caían los primeros rayos del sol cuando la fila para la vacunación pediátrica en Ciudad Universitaria ya recorría La Huerta y parte de avenida Universidad.
Eran las 6 horas cuando llegó un padre con su pequeña, una niña que portaba su uniforme escolar perfectamente planchado y unas coletas en las que se notaba la dedicación para hacerlas; ella, emocionada, preguntaba a su padre si sí alcanzaría a llegar a la escuela.
Pasó una hora y los primeros rayos de sol se asomaban, la pequeña se puso feliz, ya que en su pensar el que amaneciera significaría que la vacuna se aplicaría de inmediato y alcanzaría a ver a sus compañeritos para seguir preparando el festejo que realizarán el jueves por los días patrios.
En tanto, sobre la banqueta, un grupo de menores estaba sentado, hecho bolita para soportar el frío, mientras que su mamá les intentaba hacer plática para que el ánimo no decayera; la solución llegaría unos minutos después.
Y es que llegaron amiguitos de ellos también a unirse a la ya larga fila con final en la calle Lisboa. Ahí, los pequeños empezaron a con juegos que les ayudarían a sobrellevar la estancia, una variante de Juan, Paco, Pedro de la Mar, a la que le cambiaron las notas por Pika, pika, pikachuuu.
Cuando el reloj marcaba las 8 horas, el hambre empezó a invadir a los niños, pasaban carritos con atole y tamales, a los que los padres corrían para traer un bocado a sus infantes.
En pocos minutos los niños dejaron los juegos, se sentaron a las banquetas y se comieron uno de dulce, mientras que los más valientes gritaban: “tráeme uno con chile, pero del que pica”.
Tras un corto desayuno, agarraron energías y regresaron al juego, donde se olvidaban del nerviosismo por ser vacunados, en tanto los paterfamilias empezaban a preocuparse por si alcanzarían las vacunas, ya que la fila se extendía hasta Dinamarca y Jesús Romero Flores… y aún faltaban minutos para el arranque formal.
Al filo de las 8:45 empezó a avanzar la fila, pero ello no era garantía de cuánto durarían, sin embargo, la niña de las coletas perfectas se puso contenta y le dijo a su padre: “¡sí vamos a alcanzar, sí voy a ver a mis amiguitos!” y empezó a cantar…
Pero ahí solo empezaba la historia este miércoles de vacunación…