¡Iniciaron las posadas y así las disfrutan los morelianos!

MORELIA, Mich., 17 de diciembre de 2017.- Un pasillo largo cubierto de plantas, el techo adornado multicolor con papeles y luces titilantes, con bancos, vigas y botes, dispuestos a servir de asiento. El pasillo remata 18 metros al fondo con un impresionante e iluminado nacimiento; inician las posadas en la casa de la señora Clemen, como desde hace muchos años.
El domicilio, donde decenas de personas que se dieron cita para la primera posada del año, se ubica a pocos metros de la avenida Héroes de Nocupétaro, en la calle General Carlos Salazar número 139, en el Centro Histórico de Morelia.
Un joven repartió pequeñas velas multicolores y una "breve novena para prepararse a la gloriosa Navidad de Nuestro Señor Jesucristo" que ya tiene sus décadas; es para quienes no sepan los rezos y los cantos.
Viene entonces la repartición de colaciones, dulces, frutas cacahuates y el ponche. Previo reparten tazas a la gente para poder disfrutar de la tradicional bebida. Parecen echar la casa por la ventana.
Se escucha entonces el canto: "no quiero oro ni quiero plata yo lo que quiero es romper la piñata"; el coro indiscutible que hace la alegría de los más pequeños, quienes se disponen a romper las dos piñatas en la calle, que se han preparado por motivo de la posada.
No se sabe a ciencia cierta desde cuándo se empezó esta tradición con la familia, en ese domicilio, la hija menor de la señora Clemen dice divertida que se hacen "desde hace como 200 años".
La señora Clementina Carranza Gontis señala a Quadratín que pueden ser esos 200 años que dice su hija los que llevan haciendo la tradición de la posada, "mi mamá traía la tradición de su casa, entonces me imagino, pienso, porque yo fui la última de la familia, que también le hacían las posadas a mis hermanos, desde que yo me acuerdo porque dice que yo me acuerdo siempre siempre año con año hacíamos la posada”.
La señora de 82 años platica que su mamá le dijo en algún momento, que ella tenía que seguir con la tradición para que sus hijos no anduvieran yéndose para otros lados, "mientras los tuve chiquitos aquí los tuve y ahora grandes pues cada quién agarra su camino, y el que quiere viene, y el que puede viene, y el que no, pues ya ni modo".
Cientos, muy probablemente miles de luces multicolores adornan el nacimiento que enmarca esta posada tradicional, la señora Clemen afirma que solamente colocar la parte de abajo, donde están todas las figuras y el Nacimiento, le toma un día, de la parte de arriba va paso a paso, hay tantas luces que ya perdió la cuenta.
"¡Uuuuy fíjese que nunca las he contado! (ríe) para qué es más que la verdad, y las piezas tampoco nunca las he contado", confiesa y explica que cuando empieza a hacerlo la interrumpen o le llaman a otras cosas y lo deja.
Aunque señala no darse cuenta cómo hacen las posadas en otros lados, dice que muchas veces en la actualidad, ponen nacimientos con pasajes bíblicos, "yo lo que realmente pongo es nada más la ida de José y María a Belén a empadronarse, los Reyes Magos están sin saber, saben que va a nacer el niño, pero no saben dónde, entonces por eso los tengo en un solo lado" indica.
Algo diferente sucede con María y José, "tienen que ir caminando en los poblados que había en aquellos tiempos, en el camino entre los cerros y todo lo que había antes hasta llegar a Belén, en donde no les dieron posada en ningún lado y se fueron al pesebre", explica.
Serán en total nueve las posadas que se realicen en esta temporada, cada una representa un mes de gestación de la Virgen María. Pero queda la zozobra por saber si el año siguiente será la última serie de posadas, porque lo que sí parece claro es que esta tradición podría morir junto con la señora Clementina, y ella lo sabe.