Hijos internos de reclusas, sin atención psicológica ni pediátrica
MORELIA, Mich., 22 de febrero de 2017.- Aunque subrayó que se ofrece trato digno a estos niños, el coordinador penitenciario en Michoacán, José Candelario Jaime Contreras López admitió que el Centro de Desarrollo Infantil (Cendi), ubicado al interior del penal David Franco Rodríguez, no cuenta con un pediatra ni psicólogo de cabecera para la atención de los niños que comparten la cárcel con sus madres, pero comprometió que se gestionarán recursos para ello.
“Quisiéramos tener todo, un pediatra, dos; pero no tenemos con qué pagarles, son médicos especialistas que no aceptarían cualquier sueldo; vamos a solicitar, pero no puedo precisar cuánto se requiere, habría que hacer cuentas”, dijo Contreras López, entrevistado en el marco de un recorrido ex profeso que, junto con la directora del penal, Lilia Cipriano Ista, ofreció a algunos medios de comunicación por el área de maternidad.
El servidor público aludió con ironía a las críticas expresadas por actores políticos del Partido Acción Nacional (PAN), quienes al apelar a la ponderación de los derechos del menor, han advertido el impacto negativo de la dinámica carcelaria en que viven estos niños.
“Vean, vean las condiciones infrahumanas en las que los tenemos”, dijo Contreras López, mientras mostraba las instalaciones y coloridos decorados infantiles del Cendi, al tiempo que subrayaba que es falso que las internas buscan embarazarse para obtener prebendas, como señaló una legisladora del PAN.
Durante el recorrido realizado por el Cendi, también se permitió el acceso al área de dormitorios de las internas que tienen algún hijo viviendo con ellas. La visita no pareció sorprenderles. “Pasen, pasen”, expresaban. Se observó un espacio aseado tanto en pasillos como al interior de las celdas, donde conviven hasta cuatro reclusas con sus hijos de algunos meses de vida y hasta de menos de cuatro años.
El desprendimiento
El cumpleaños número cuatro de Balaam, en abril, representa un duro golpe para su madre, Cecilia, quien por mandato de ley deberá separarse de su bebé y permitir que éste se integre a una vida en libertad; “ya se lo van a llevar mis papás, ellos me lo van a cuidar”, expresa mientras contiene las lágrimas. Cecilia asegura que Balaam es un niño inteligente, extrovertido, sociable y participativo, que ha sido bien tratado y ha aprendido “muchas cosas” en el Cendi.
Resultado de gestiones de asociaciones civiles y activistas defensores de los derechos de los niños y de la mujer, el Cendi es un tipo de guardería instalado al interior del penal entre áreas verdes, en el área femenil; es un edificio de cuatro habitaciones amplias donde, separadas por pasillos, están distribuidas áreas de cuneros, portabebés, cocina, sanitarios, sala de juegos y ejercicios didácticos.
En el Presupuesto de Egresos de Michoacán no existe una partida que se destine a la atención integral de estos niños, por lo que para su manutención, se destina parte del recurso que se asigna al centro penitenciario a través de la Secretaría de Seguridad Pública, y es la madre y sus familiares quienes deben hacerse cargo de pañales, leche y otras necesidades.
Son 243 mujeres privadas de su libertad
Distribuidas en los 18 centros penitenciarios del estado, con corte al 22 de febrero de 2017, en Michoacán hay una población de 243 mujeres privadas de su libertad, acusadas principalmente de homicidio, en algunos otros casos de delitos contra la salud, robo, lesiones e incluso filicidio.
De acuerdo con datos de la Coordinación de Centros Penitenciarios de Michoacán, en el penal Centro de Reinserción Social (Cereso) David Franco Rodríguez hay 81 internas, con ellas conviven 11 niños, hijos de algunas. En el Centro de Alto Impacto hay 71 detenidas, ahí no se permiten menores.
En el penal de Uruapan hay 15 mujeres, dos niños conviven con ellas; en Zamora hay 10 mujeres privadas de su libertad, una tiene ahí a su hijo; en Maravatío hay 8 mujeres, con dos niños.
En total son 16 menores de edad, quienes de acuerdo con la ley vigente, hasta cumplir los cuatro años podrán salir de la cárcel para ser entregados a un familiar, a un tutor o al Estado.