Hallaron manchas de sangre en ropa de Diego Urik, revela perito
MORELIA, Mich., 15 de agosto de 2022.- Manchas de procedencia no identificable mediante estudios químicos y en prendas de vestir donde se buscaban indicios biológicos, localizadas en un automotor y una habitación vinculados con Diego Urik, fueron el centro de la audiencia del juicio oral por el feminicidio de Jessica González Villaseñor.
Fueron tres los testigos que este lunes 15 de agosto presentaron sus declaraciones ante Ariel Montoya Romero, juez de la causa penal 1404/2020, un exempleado de un autolavado, un policía investigador y un perito químico.
El coche en el autolavado
De acuerdo con Gregorio, quien en septiembre de 2020 laboraba como personal de un autolavado en Morelia, el 23 de ese mes, hacia las 12 horas, se presentó en el establecimiento una joven con un carro Polo gris, al que pretendía se le lavaran los asientos.
El trabajador recibió a la clienta y le ofreció el paquete tres, con una limpieza exhaustiva del automotor, a lo que ella accedió; pagó por el servicio y dejó el vehículo, con el encargo especifico de eliminar las manchas.
Gregorio procedió a lavar el vehículo, para lo cual debió desmontar sus interiores. Encontró lodo y manchas en los asientos posteriores, de las que no logró identificar su origen, si bien destacó que parecía que anteriormente alguien hubiera tratado de lavarlas, sin éxito.
También tomó fotografías con su teléfono móvil, antes y después del servicio, destinadas a alimentar la página en una red social del negocio.
Mientras desarrollaba su labor, la joven, quien, pensó, había partido en una camioneta blanca, regresó por una bolsa que estaba en la parte trasera y que al iniciar el servicio fue colocada por Gregorio en la cajuela. Poco después arribaron un hombre mayor y un joven, para verificar el avance del trabajo, quienes solicitaron especial cuidado con la cajuela.
Aunque el exempleado del autolavado reconoció que la existencia de manchas mal lavadas, la preocupación por verificar el trabajo y las peticiones de los individuos no son extrañas o inusuales, ese incidente en especial le pareció "un poco raro".
La defensa del imputado por el feminicidio de Jessica González destacó la imposibilidad de establecer ubicación, hora y fecha de toma de las fotografías, que fueron entregadas por Gregorio como copias impresas, además de cuestionar el retratar el vehículo sin consentimiento expreso de su propietario.
Manchas rojizas
Entre los indicios arrojados por la investigación, primero, de la desaparición, luego, del feminicidio de González Villaseñor, destaparon manchas que se presumieron y confirmaron como restos biológicos, aseveró Christian, perito químico.
Describió que, durante la investigación de la desaparición de la joven docente, acudió a un domicilio en la colonia Bosque Monarca, donde, en una de las habitaciones, atribuida a Diego Urik, se encontraron dos playeras que, como mostraron las pruebas químicas, contenían restos de sangre humana.
Posteriormente, al pasar el delito de desaparición a feminicidio, con el hallazgo del cuerpo de González Villaseñor, procedió a revisar el vehículo Polo que regularmente Diego Urik utilizaba, donde se encontraron manchas rojizas en el tablero, que resultó no ser sangre, y en la cajuela, que podrían ser restos biológicos.
Christian expuso que por la baja densidad de la sustancia causante de la mancha en la cajuela no fue posible obtener una reacción confirmatoria, aunque se presume que se trata de indicios biológicos, en particular, sangre humana.
Sin embargo, las conclusiones de estos análisis ya corresponderían al perito en genética, con lo que solo determinó el material en las playeras era sangre humana, sin identificar la fuente, y en la cajuela posiblemente más sangre, sin descartar otros fluidos o materiales que reaccionan en los análisis químicos de manera similar, como los detergentes.
Contrario a lo efectuado con otros investigadores, la defensa no atacó la preparación académica o la fiabilidad del perito químico, sino que se enfocó en establecer que en este momento los resultados no admitían la identificación de una fuente de la sangre o supuesta sangre detectada, punto que el propio testigo acotó en reiteradas ocasiones.
Memorias cuestionadas
El testimonio del tercer declarante permitió retomar el dicho de un testigo anterior, sobre el hallazgo del cuerpo de Jessica González y la divergencia entre la hora de la entrega recepción de los investigadores especializados en búsqueda de personas a los especializados en homicidios.
Además, Luis, policía investigador, recabó en dispositivos portátiles las grabaciones de cámaras privadas vecinas al inmueble de Bosque Monarca, donde se tuvo la última localización de González Villaseñor.
Fueron estos dispositivos los desencadenantes de una discusión por la correspondencia o no de las memorias USB presentadas al testigo con las ofrecidas en la audiencia intermedia.
Por varios minutos se extendió la discusión, debido a que la defensa consideró que las memorias USB que se mostraban no eran las mismas que se proporcionaron como medios de prueba.
Como con otros oficiales, la estrategia de la defensa fue desestimar la capacidad y competencia del testigo para asumir los procesos de investigación en el caso, lo que se habría traducido en errores que comprometían los indicios.
Pese a ser la defensa de un individuo imputado por el delito de feminicidio, entre los cuestionamientos recurrentes se encontró la capacidad de investigar con perspectiva de género.