Fiestas patrias: época de gozo culinario, pero también de cuidar la salud

MORELIA, Mich., 15 de septiembre de 2024.- En este mes patrio, mes de celebración, ocurre un entorno similar al de fin de año en materia de degustación de platillos típicos de la época, y que generalmente son en exceso.
Ante ello, la doctora Silvia Patricia González mencionó que es importante cuidar las cantidades que se ingieren, ya que en descontrol podrían ser el primer paso para sufrir en un corto o mediano plazo sobrepeso u obesidad, y por ello hizo algunas recomendaciones a la población sobre alimentación balanceada.
Aseveró que entre los platillos típicos que se pueden consumir está el pozole, ya que combina los tres principales grupos de alimentos: verduras, cereales y alimentos de origen animal, e incluso el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), a través de PREVENIMSS, recomienda comer este platillo con ciertas características.
Que sea un plato mediano o tazón de 300 mililitros con dos tercios de taza de maíz cacahuazintle, 40 gramos de carne de cerdo en maciza o pollo, y una taza de verdura que incluya lo típico: lechuga, rábano y cebolla.
De esta manera se hará una aportación de 240 calorías, 14 gramos de proteína, 5 gramos de grasa y 34 gramos de carbohidratos, y respecto a las verduras, las porciones pueden aumentar, y para que el platillo sea más sano, se recomienda desgrasar el caldo, acompañar con tostadas horneadas o al comal y evitar comer otros guisados o botanas altas en grasa.
Pero si lo que prefiere son los chiles en nogada, la crema de la salsa se puede suplir con yogur griego, que aporta más proteína y menos grasa; utilizar carne molida de res, reducir a la mitad la cantidad de fruta seca del relleno y no capearlos, o en el caso de los moles pueden sustituirse por salsa al pastor.
La especialista en nutrición señaló que estas son recomendaciones para iniciar hábitos saludables y evitar índices de sobrepeso u obesidad, ya que estas enfermedades se han convertido en uno de los mayores problemas de salud pública en México con una prevalencia de 75.2 por ciento en adultos de 20 o más años.