Feminismo y sus contraproducentes radicales
MORELIA, Mich., 6 de marzo de 2017.- Aunque no niegan que en el movimiento feminista hay un sector extremo, organizaciones de mujeres, académicas y funcionarias de gobierno consideran que el mérito de este movimiento es incuestionable, ya que ha incidido de manera sustantiva en la reconfiguración de patrones arraigados por la cultura patriarcal, y encaminado hacia la aún pendiente igualdad entre hombres y mujeres.
La deuda social con el feminismo
En entrevista con Quadratín, la académica e investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Sara Sefchovich, admitió que, como en todos los movimientos sociales, en el movimiento feminista hay un sector “extremo y radical”.
En este caso, se trata de feministas que no quieren saber “nada de lo hombres”, dijo, sin que ello, sea argumento para desdeñar la aportación histórica de este movimiento que barbechó desde el Siglo 17 y revolucionó la vida en el Siglo 20.
“El feminismo ha hecho mucho por todas nosotras, las feministas son el ejemplo más notable de perseverancia en el trabajo político y social, pues a pesar de burlas, indiferencia y descalificaciones”.
“El feminismo significó la crítica más radical, tanto a la tradición del pensamiento occidental, como a las estructuras del poder establecido en todos los niveles: desde el político, económico, laboral y en el seno de la familia”, expuso, el marco del Día Internacional de la Mujer, que se celebra este 8 de marzo.
'Feminazis' v/s tercera ola
Por su parte, la titular de la Secretaría de Igualdad Sustantiva y Desarrollo de las Mujeres Michoacanas, Fabiola López Alanís, se confesó feminista, y aunque se dijo respetuosa de las distintas opiniones respecto al feminismo extremo, consideró que en ninguna manera se justifican conocidos epítetos como quienes las llaman 'feminazis'.
“Soy feminista, desde que estoy en contra de toda forma de abuso contra la mujer, creo que es justo que la mujer tenga acceso a las mismas oportunidades que el hombre, soy feminista, pero no soy radical, sino feminista de la tercera ola”, dijo Fabiola Alanís, al referirse a la expresión feminista que plantea que no existe un único modelo de mujer, sino múltiples, determinados por cuestiones sociales, étnicas, de nacionalidad o religión.
En 2004, Mary Nash recapituló en Mujeres en el mundo: historia, retos y movimientos, el devenir de dos siglos de lucha feminista por revertir la subordinación al sistema patriarcal, sostenido en argumentos naturales y religiosos, y que llegó a configurar un esquema cultural tan profundo que actualmente se mantiene arraigado entre las estructuras sociales.
Aunque no es nuevo, el término feminazi se ha popularizado en el último lustro; es un acrónimo de feminista y nazi, que hace alusión a que estas mujeres supuestamente pretenden tratar a los varones de forma similar a como lo hacían los nazis con los judíos en la Europa ocupada; es usado pues con sentido peyorativo para referirse a feministas que son percibidas como extremas y promotoras de la vulneración de derechos de los varones.
¿Empoderamiento femenino llega a ser arbitrario?
El empoderamiento femenino también puede llegar a imponer su voz en un sentido arbitrario, lo que llega a ser cuestionable, comentó Ana Andaluz Gascón, integrante de Luna Nueva, Promoción Cultural, quien señaló que la inclusión debe partir de una apertura a la tolerancia de opiniones distintas entre las mismas mujeres.
“Hay mujeres que tienen el poder del micrófono, y entonces dicen: ´esto se hace así´, y entonces pareciera que solamente hay una visión, como en este mismo instante en yo me expreso, ¿no?; creo que no podemos determinar ni imponer conclusiones sobre determinadas problemáticas, por lo tanto, se deben escuchar todas las opiniones, tanto de la académica reconocida como de la indígena que no sabe leer ni escribir”, comentó Andaluz Gascón.
Sin embargo, a decir de Ana, el movimiento feminista constituye el centro donde confluyen visiones y paradigmas que parten de una verdad incuestionable, la exclusión en que por siglos se ha a la mujer sometida a un sistema patriarcal que normaliza dinámicas de sumisión en todos los escenarios sociales.
En torno a esto, explicó, se levantan grupos antagónicos que quieren cuestionar la esencia del feminismo, al que buscan denostar; “en cada tiempo de la historia ha habido grupos antagónicos, estos grupos que están ahí, luchando porque ya no demos esos pasos, ellos siempre van a estar ahí, pero pese a esos grupos seguiremos dando pasos, hasta que nadie esté por encima, hasta que seamos todos y todas”, dijo.