Exigir a parturientas que no griten les deshumaniza: especialista
MORELIA, Mich., 18 de marzo de 2022.- Reclamos a la mujer parturienta con expresiones como “no grite” y “cuando estaba haciéndolo no lloraba”, comunes durante la labor de parto, son otra forma de manifestación de la violencia sistémica en contra de la mujer, agresiones que deshumanizan a la mujer y puede llegar a afectar sus emociones, declaró Gema Rodríguez, subdirectora del Centro Integral de Salud Mental de la Ciudad de México.
La experta en psiquiatría relató que las mujeres desde el embarazo deben ajustarse a un modelo específico para mujeres gestantes, patrón que no concibe a la mujer como un ser sexualmente activo y luego se vuelve en su contra; que la imposibilita a expresar emociones, sentimientos y hasta dolor.
En esta manifestación de la violencia sistémica contra las mujeres “se encuentran dos discursos: uno en el que para ser mamá hay que tener relaciones sexuales, y luego otro que ve a la mujer concebida por el espíritu santo.
Entonces, vienen los insultos y las humillaciones con expresiones como: "tú abriste las piernas"; "eso querías, aguántate"; "no grites. Más si vas a un servicio público”. Así, hacia las mujeres que abiertamente muestran su dolor con gritos o gemidos durante el parto, subrayó la también funcionaria federal.
Pero no solo es violencia psicológica, también hay agresiones físicas, abusos que deshumanizan a la mujer, vulneran su privacidad y afectan su estado de ánimo a tal punto que puede abonar a la depresión postparto.
Las agresiones pueden verse como “una evidencia subjetiva y a veces no necesariamente llega a un trastorno, sin embargo, sí puede afectar en la salud; exponer el cuerpo de las mujeres, su intimidad, sus genitales, porque durante el proceso las pueden llegar a tomar como clase; las dejan con las piernas abiertas”, agregó la subdirectora del Centro Integral de Salud Mental de la Ciudad de México.
Los estragos de las vejaciones de las que son sujetas en el servicio médico, dijo “experimentan emociones como la vergüenza, y el autorreconocimiento, impacta en la autoestima; puede aislar a la persona y desarrollar sensación de desamparo. En problemas más sostenidos, más violentos, puede llevar a depresión postparto”, enfatizó.
Además de los fenómenos antes listados de las agresiones físicas y emocionales, también pueden encontrarse como dejar a las mujeres vivir el parto con dolor: les niegan el derecho a la anestesia o, en el peor de los casos, las hacen esperar… Tanto como pasó en Los Reyes hace dos años, cuando una mujer parió en la sala de espera de un hospital, de la Secretaría de Salud.