Eva Tinoco, de manufacturar ropa a presidenta de la Amibalpa
MORELIA, Mich., 27 de julio de 2017.- Entre tareas escolares, juegos y quehaceres domésticos, soñaba ser periodista. Su madre le advertía que no era profesión apropiada para una mujer, que se trataba de una actividad de muchos argüendes y que le recomendaba, en consecuencia, descartar sus aspiraciones.
Obedeció a su madre. La familia de Eva, Eva Tinoco Herrera, se componía de siete hermanos. Ella fue la segunda hija, posición que la comprometió a trabajar desde muy joven para coadyuvar a solventar los gastos de la casa.
En la época en que cursaba secundaria, dedicaba las tardes a ayudar en las labores maternas que consistían en trabajar en la tejedora. Elaboraban ropa. Pronto se introdujo en el plano de los hilos, broches, agujas, telas, botones y adornos; aunque también se desempeñó en diversas actividades, agrega.
Caminaba por el pueblo lacustre sin olvidar sus aspiraciones. Sabía, y así tenía la convicción, de que algún día, en la juventud o madurez, la vida le abriría las puertas y ventanas para hacer algo y dejar huella en Huandacareo, el pueblo michoacano donde nació.
Observaba el crepúsculo reflejado en el lago de Cuitzeo, contemplaba las ruinas arqueológicas como eco de un pueblo prehispánico esplendoroso y recordaba la batalla heroica de los moradores de Huandacareo, registrada el 8 de enero de 1918, contra el temido forajido José Inés Chávez García y sus secuaces, y comprendía que la grandeza se forja cada día con esfuerzo, disciplina, constancia y trabajo.
En entrevista para Quadratín, Eva abre los expedientes de su vida, desempolva los otros días, para referir que siempre tuvo el proyecto de hacer algo por su pueblo lacustre, por la gente que más sufre y lleva mayor carga.
Al concluir la preparatoria y contraer matrimonio posteriormente, su marido le planteó que se dedicaría a las labores domésticas; no obstante, a partir del 2000 se incorporó a las actividades del Balneario Vista Bella, establecido en Huandacareo,
No transcurrió mucho tiempo para que Eva se involucrara en la responsabilidad de dirigir el balneario y el hotel, actividad recreativa y turística que le ha dado muchas satisfacciones.
Inicialmente, recibió la invitación para fungir con la responsabilidad de coordinadora de los balnearios establecidos en la región de Huandacareo. Más tarde, resultó electa presidenta de la Asociación Michoacana de Balnearios y Parques Acuáticos (Amibalpa), cargo honorífico que, reconoce, le ha permitido representar al sector de las albercas e influir, en la medida de lo posible, en su crecimiento y dignificación.
Evidentemente, acepta que participa en las tareas de Amibalpa, frecuentemente en conjunto con la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo de Morelia (Canaco-Servytur) y el Consejo Coordinador Empresarial del Estado de Michoacán.
Admite que siempre ha pugnado por la difusión de la Ruta de la Salud. Es un corredor muy importante con alrededor de 430 manantiales, balnearios y parques acuáticos; sin embargo, se requiere más difusión para atraer mayor número de turistas y reactivar la economía local.
Eva Tinoco Herrera también es regidora en el Ayuntamiento de Huandacareo, donde orienta muchos de sus esfuerzos en la Comisión de Educación, Cultura y Turismo, la cual califica de muy relevante.
Sabe que las gestiones son pasajeras y que solo quedan las huellas y los resultados de lo que se hace, motivo, quizá, por el que vuelve a soñar e imaginar que al término de sus responsabilidades como presidenta de Amibalpa y regidora, se concentrará en la empresa familiar y en las labores de carácter social que le apasionan, en aportar algo a favor de quienes mayores carencias enfrentan, porque la vida es eso, dar y servir a los demás.
Acaso por su historia, quizá por conocer el significado de desafiar adversidades y escalar peldaños o tal vez por los sueños e ideales que la impulsan, Eva es una mujer sencilla, afable, dispuesta dar de sí. “Me veo, en un futuro no muy lejano, desarrollando una labor social intensa a favor de las clases sociales que más apoyo necesitan”, concluye.
La agenda de Eva es intensa. Tiene bastante trabajo. Sonríe. Da instrucciones. Su figura se desvanece en las instalaciones del balneario y hotel Vista Bella, de donde sale para dirigirse al Ayuntamiento de Huandacareo a cumplir sus tareas, quizá con la reflexión de que si no fue periodista, sus actividades están implícitas con los medios de comunicación. De alguna manera, parece, cumplió su sueño infantil.